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FUERA DE CONTROL by Andrés Timoteo

Superiberia

 

 

La violencia e inseguridad en la región centro ha llegado a tal grado que ni siquiera se salvan quienes están ligados al gobierno estatal o al Revolucionario Institucional (PRI). Así lo confirman los acontecimientos criminales de los últimos meses. La noche del domingo fue secuestrado  el empresario Roberto Zilly Grajales quien goza de dos polos de influencia dentro de  la clase priísta porque es cuñado Carlos Fidel Demuner Pitol, dirigente de la siempre gobiernista Coalición de Transportistas del Estado de Veracruz y cercano al precandidato a la gubernatura, Héctor Yunes Landa. 

 

El plagio se conoció en medio de un silencio oficial y la clásica desinformación –lo que no es raro- pues al principio se afirmaba que la víctima era el propio Demuner Pitol -ilocalizable también en el momento que se buscaba confirmar el suceso-  pero después se conoció –con transcendidos siempre- que fue su cuñado, Zilly Grajales quien es uno de los  promotores de Yunes Landa en la zona centro a través de la organización Alianza Generacional. 

 

De tal suerte que ni siquiera por sus cercanías con los acomodados en la clase política logró salvase de la ola delictiva.

 

¿Qué demuestra lo anterior?. Que los criminales están fuera de control, tanta es la permisión que les han concedido desde las instancias gubernamentales que ya  los rebasaron. En Córdoba y la región cualquier puede delinquir –matar, secuestrar y extorsionar- sin que pase nada. El Mando Único Policial y el operativo “Blindaje Córdoba”, es como si no existieran porque la delincuencia se les fue de las manos. Algunos sugieren que en la zona centro es aplicable el dicho: “mal de muchos, consuelo de tontos” porque aun cuando es la mayoría de los ciudadanos la que sufre  las consecuencias diarias de la inseguridad, el destino ya  alcanzó a los protegidos del régimen. Es decir, por lo menos ellos ya están tomando de la misma sopa.

 

Demuner Pitol de toda su vida ha sido instrumento del gobierno estatal y del tricolor para acarrear votos en tiempos electorales, y hoy su parentela está padeciendo lo que sufren muchos ciudadanos comunes. Tampoco hay que olvidar que hace un mes, el 15 de junio, un grupo armado también intentó secuestrar a otro de la misma calaña, al empresario Mario Olvera de Gasperín, dirigente de la Asociación Estatal de Transportistas, el alter ego de Demuner Pitol, su  uno-dos para los chanchullos de tipo electoral y los negocios con el poder estatal. Entonces se confirma: ni ellos se salvan.

 

El tercer caso que refuerza la teoría es el segundo ataque que sufrió el alcalde priísta de Amatlán de los Reyes, Miguel Ángel Castro Rosas, sucedido hace algunos días cuando fue baleado por hombres armados. Hasta el momento el edil sigue internado en un santario cordobés bajo resguardo policiaco. 

 

Aunque se ha querido imponer la versión de que el atentado tiene motivos pasionales –por sus escándalos de relaciones extramaritales- la realidad es que fue el crimen organizado pues, de acuerdo a versiones comentadas en los merenderos políticos, el edil amateco tiene mucho
que explicar sobre sus relaciones inconfesables con la mafia. ¿Será?.

De colofón y haciendo memoria para reforzar la teoría que la criminalidad rebasó a los politiquillos o empresarios coludidos con el poder, que se sentían intocables y se mostraban indiferentes mientras el resto de la población era asolada por los delincuentes, en octubre del 2013 fue secuestrado el suegro del exalcalde Francisco Portilla Bonilla, que en ese momento se desempeñaban como secretario técnico del Consejo Estatal de Seguridad Pública. 

Así,  por más influencia que tuviera el yerno, al prestamista no lo liberaron hasta pagar su respectivo “rescate”. Ese si fue un “machetazo a caballo de espadas”, ¿no creen?.

 

OAXAQUEÑO  REINCIDENTE

Finalmente erraron los pronósticos filtrados a la prensa y a la Secretaría General de Gobierno no llegó un defeño –el rey de los espías, Enrique Ampudia Melo, actual secretario particular del gobernador- pero si un oaxaqueño, Flavino Ríos Alvarado. Es interesante tal reacomodo ya que para ser titular del segundo cargo en importancia en el gabinete estatal se requiere ser veracruzano por nacimiento o ser hijo de padres veracruzanos y el señor Ríos Alvarado aparentemente no lo es. Ahí debe haber una investigación, un pronunciamiento o tal vez una dispensa del congreso local pues no hay que olvidar que en el 2004 fue el centro de un escándalo mediático al conocerse que ni él ni sus padres eran nativos de Veracruz.

 

En ese tiempo ocupaba por vez primera la Secretaría General de Gobierno, durante la administración de Miguel Alemán Velasco, y en la prensa se exhibieron actas de nacimiento tanto de él como de sus padres, Genaro Ríos Ordaz y María Alvarado Estudillo, que los acredita como originarios del municipio de San Juan Guichicovi, cercano a Juchitán, Oaxaca.  Aun cuando Ríos Alvarado intentó acallar el escándalo presentando un documento similar pero que lo acreditaba como nacido en Minatitlán, al sur de la entidad, se confirmó que las actas exhibidas en los medios informativos eran verídicas.

 

Incluso también se publicaron testimonios de los habitantes de San Juan Guichicovi los cuales aseguraban que las familias Ríos Alvarado era vecina de muchas décadas y que el propio Flavino fue arrullado en ese terruño. Es verdad que mucho se dijo que aquel golpe mediático contra Ríos Alvarado fue azuzado por el impresentable que en ese tiempo aspiraba a ser candidato del tricolor y el secretario de Gobierno alemanista representaba uno de los obstáculos para sus planes porque tenía la venía del gobernante en turno, Miguel Alemán para buscar la misma nominación.

Haya sido una cosa u la otra, el posible delito de Ríos Alvarado al haber ocupados cargos de primer nivel sin ser veracruzano se sostuvo con documentación real y comprobada. 

 

Aun así el tema no generó ni una investigación formal porque el alemanismo lo acalló y protegió al infractor. Una década más tarde Flavino fue resucitado políticamente, hace meses fue llamado para ocupar la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV) y desde ayer pasó a ser responsable de la Secretaría General de Gobierno pero lo hace bajo la misma sospecha de estar como “cachirulo”.

 

Vaya que esos oaxaqueños son mañosos –ya ven que hasta el queso enredan- pues no es el primero que miente sobre su origen. No hay que olvidar que Carolina Gudiño Corro, candidata derrotada en los comicios pasados y exalcaldesa de Veracruz también fue pillada en la prensa  con un acta de nacimiento que certifica su origen oaxaqueño, de Tuxtepec, y se confirmó que engañó a ciudadanos y autoridades veracruzanos durante todo el sexenio de la fidelidad en el cual le otorgaron cargos de representación popular sin tener derecho a los mismos. Ojo, se aclara que  se habla de los oaxaqueños proclives a la mentira y al chanchullo porque no todos los nacidos en ese estado son gente deshonesta.

 

Pues bien, Flavino Ríos Alvarado es el oaxaqueño reincidente porque regresa a  la Secretaría General de Gobierno sin pedir un permiso al Poder Legislativo para ocupar ese cargo. Es cuestión de formas y de decoro, cosas que el duartismo desprecia desde siempre. Por cierto, esto empata con la versión de que a la dirigencia estatal del PRI llegará también un personaje ajeno al estado, el tamaulipeco Gabriel De Antes para seguir con el encumbramiento de los advenedizos, aunque hay que reconocer que a diferencia de De Antes y Gudiño Corro, el hoy secretario de Gobierno es un político de la vieja guardia.

 

Ríos se formó en la ortodoxia priísta que demandaba no solo operación entre las bases sino también preparación académica y liderazgo de grupos, cosa que desconocen tanto el tamaulipeco como la tuxtepecana. Empero, si bien Flavino Ríos tiene trayectoria en el quehacer político, su nombramiento de ayer es bizarro porque no pertenece a la pandilla de la fidelidad con la que estuvo confrontado en los últimos años. 

 

No hay que olvidar que durante la fidelidad  el oaxaqueño fue una especie de apestado al que  negaron las candidaturas a la alcaldía  de Minatitlán y a las diptuaciones local y federal por el distrito del mismo nombre.

 

Es más, en  julio del 2007 el propio Flavino Ríos  irrumpió en un foro de consulta para la Reforma del Estado acompañado por militantes minantecos para protestar contra la imposición de Guadalupe Porras David en la candidatura priísta a la alcaldía por parte del impresentable. Porras David ya había sido presidenta municipal, era –en ese momento- diputada local y fue impuesta nuevamente como candidata a la alcaldía excluyendo a Ríos Alvarado. El inconforme precandidato y sus seguidores no solo repudiaron la decisión del impresentable exgobernante sino que también en Minatitlán quemaron propaganda de Porras y fotografías del innombrable.

 

Ahora el maltratado llega a incorporarse al último tramo del docenio fatal –ya se ha dicho: el duartismo no existe, solo es una extensión de la fidelidad-. ¿Qué le pasó al señor Ríos Alvarado?, ¿lo habrá contagiado Héctor Yunes Landa del Síndrome de Estocolmo y también se enamoró de sus azotadores?. 

 

Es cierto, Ríos Alvarado aun con  trayectoria política y experiencia en el ejercicio gubernamental no es un hombre probo pero conservaba por lo menos  ese bien que actualmente es raro en los políticos: la congruencia. Ya la enterró al incorporarse a una administración podrida, la cual lo arrastrará al basurero de la historia, solo es cuestión de tiempo.

 

En tanto, sobre el nombramiento de Xóchitl Osorio Martínez a la titularidad de la SEV no hay mucho que analizar porque lo evidente está ahí: la señora es la genuina representante de la mafia burocrática que tiene copada la secretaría desde hace muchos años, obedece a los intereses de los líderes charros magisteriales y siempre ha sido una especie de “ama de llaves” –por no decir sirvienta- de los que convirtieron a la SEV en una cueva de ladrones.

 

Es azote, por supuesto, de los maestros disidentes y democráticos que la repudian.

 

Fuera de eso, lo  más interesante de este ungimiento será conocer la opinión del presidente de la organización “Mexicanos Primero”, Claudio X. González Guajardo,  que hace un año la increpó en un evento público sobre los desvíos de recursos federales en esa a dependencia por más de 6 mil millones de pesos. Parece una regla: ser acusados de corruptos es necesario para escalar en el organigrama estatal pues hoy ya es titular de esa oficina, una tras otra.

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