¡Habemus Papam! Jorge Mario Bergoglio es, a partir de est anuncio, el papa Francisco, en honor a san Francisco de Asís.
Se dice que el nombre lo eligen los papas pensando en el gran reto de su tiempo. En ese sentido me parece que la elección de Francisco es más que atinada. Denota la austeridad y la vocación hacia los pobres que tuviera el franciscano que nació rico y abandonó todo por una vida religiosa.
Ante la opulencia y el consumismo que son sello de nuestra época, una dosis de ejemplo de austeridad se antoja como un gran mensaje.
Por otra parte, el papa Francisco es jesuita, una orden que ha reclutado un importante número de católicos hacia el sacerdocio. En un momento en que la Iglesia tiene un déficit de sacerdotes, al grado que se ha coqueteado con la idea de permitir que se ordenen mujeres como sacerdotisas, esta vocación le vendrá muy bien al Vaticano.
Se había dicho que tendríamos un Papa joven y fuerte para no poner a la Iglesia de nueva cuenta ante una situación como la de la renuncia de Benedicto XVI. El papa Francisco tiene 76 años y sólo cuenta con un pulmón. El otro lo perdió de joven por una infección.
Aun así, Francisco se ve vigoroso y trae sello propio. Desde su primera aparición pública envió un mensaje de austeridad al salir con el traje blanco, la casaca, y nada más del suntuoso traje papal encima.
Quisiera una Iglesia pobre, para los pobres, ha dicho en sus primeros días el papa Francisco, en el seno de una de las instituciones más ricas del mundo. Aquella que tiene castillos y jardines suntuosos.
Evidentemente con su nombramiento han salido a la luz escándalos de su pasado. Nada nuevo en ello. Lo mismo ha pasado con Papas anteriores. En el caso de Francisco, se le señala por no haber denunciado los abusos de la dictadura argentina. Lo mismo que la desaparición de sacerdotes. Parece que el intento ha sido por desacreditar a un hombre que denota congruencia con quien dice ser.
Lo que quizá resulte preocupante es la lejanía del propio Bergoglio como cardenal de lo que son los ires y venires del Vaticano. Entre el VatiLeaks y las rivalidades entre Sodano y Bertone y sus corrientes dentro del propio Vaticano, habrá que ver cómo juega esta lejanía del papa Francisco del mundo que a partir de la semana pasada llegó a dirigir.