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Francia y su crisis: una muestra de la eurozona

Superiberia

En 2013, Europa logró dejar la zona de recesión económica donde residía desde 2011; pero solo lo hizo técnicamente al crecer 0.3% en el primer semestre, para el apunte estadístico. Realmente el contexto es tan complejo como antes, el desempleo cerró año en 12% y la inflación en 0.8%; no hay visos de mejora alguna.

Tampoco hay ilusión; el Fondo Monetario Internacional advierte riesgos de deflación, lo que sería funesto al hundir los salarios y la escasa demanda; mientras, el Banco Central Europeo no haya cómo lograr que la liquidez avive la economía, pues la tasa de interés ya está en mínimos de 0.25%. No hay consumo ni actividad industrial suficientes. 

Cuando estalló la crisis, Alemania y Francia tenían mejor entorno y apoyaron al resto de los países. Empero, la economía gala se ha deteriorado con prisa y hoy luce lejos del país teutón. La solidez crediticia se perdió y el riesgo financiero aumentó; a la par, el Gobierno elevó impuestos y con ello el desempleo. Es un ciclo nocivo.

A fines de 2013, Francia sufrió un degrado en su calificación de crédito, fue acortada de “AA+” a “AA” con posibilidad de seguir bajando. En perspectiva global no es mala nota, pero en reseña propia sí, pues hace muy poco era un país “AAA”. Al ritmo actual, las agencias dicen que la deuda sería de 86% del PIB en 2015.

El Gobierno ha fallado con el alza de impuestos y recorte de gastos, pues aunque busca controlar la deuda y crear confianza internacional, igual deshidrata la inversión y luego el empleo, amen del disgusto social. El desempleo ya data 11%, la industria está deprimida y el déficit comercial va en aumento. La solución no funciona.

Dar opciones no es sencillo; Francia y demás países de la eurozona viven fuertes desordenes estructurales; sirva de pauta que no tienen un bono demográfico que les admita planear, pero sí costosos sistemas de pensiones cuyas finanzas agonizan con el alza en la esperanza de vida de la población. La rigidez del marco legal cierra el círculo.

Se trata de problemas comunes que se incubaron por años y que juzgarán la capacidad de esta generación y la sucesiva. En Grecia, el desempleo afecta al 60% de los menores de 25 años, ¿cómo avanzar si el motor laboral está en el paro? España tiene 4.7 millones de desempleados y esperan crear solo 500 mil plazas para 2015. ¿Cómo?

Portugal acaba de subir la edad de jubilación de 65 a 66 años, algo ínfimo que no dará viabilidad financiera a la hipoteca social, quizá no pague ni el desgaste implícito. Los boquetes fiscales son graves, faltan años para que Europa resuelva su problemática. En el resto del orbe, nos toca aprender a vivir sin ellos, al menos por un tiempo.

Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le corresponde a usted.

 

Comentarios por favor a: oscar.ahp@gmail.com 

Twitter: @oscar_ahp

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