Francia ha dado un paso significativo en su sector energético al conectar el reactor nuclear Flamanville 3 a la red eléctrica nacional, un acontecimiento que marca la primera incorporación de un reactor en 25 años. El reactor, uno de los más poderosos del país, comenzó a operar en septiembre, pero fue este sábado cuando oficialmente se unió a la red, generando electricidad a las 11:48 horas, según informó la empresa estatal EDF.
Este proyecto, que estuvo marcado por retrasos y sobrecostos, se ha puesto en funcionamiento 12 años después de lo previsto y con un presupuesto de 13 mil millones de euros, cuatro veces más de lo que originalmente se había planeado. A pesar de las dificultades, el reactor presurizado europeo (ePR) Flamanville 3, con 1,6 gigavatios (GW) de capacidad, es ahora el mayor de Francia y uno de los más grandes del mundo, junto con los reactores de China y Finlandia.
Este hito también marca el retorno de Francia a la construcción de grandes reactores nucleares desde el Civaux 2 en 1999. Sin embargo, se pone en marcha en un contexto peculiar, ya que el país atraviesa una situación de bajo consumo energético, debido a que en 2024 Francia ha exportado una cantidad récord de electricidad.
La empresa EDF, encargada del proyecto, no se detiene aquí. En sus planes está la construcción de seis nuevos reactores nucleares, como parte de los compromisos de transición energética del presidente Emmanuel Macron, quien en 2022 anunció su intención de renovar y expandir la capacidad nuclear del país. Sin embargo, persisten dudas sobre la financiación y el calendario de estos nuevos proyectos.
¿Será este el inicio de una nueva era para la energía nuclear en Francia? El futuro energético del país depende de estos ambiciosos planes, que deberán enfrentar desafíos financieros y técnicos antes de consolidarse.