De la Redacción
El Buen Tono
Fortín.- El fraccionamiento Fortín solía ser conocido por su belleza y el cuidado de sus espacios públicos, hoy está en ruinas bajo la administración del alcalde Gerardo Rosales Victoria, “el embaraza-empleadas”.
Las calles están destrozadas, las banquetas llenas de maleza, y el emblemático camellón del bulevar principal, que antes era orgullo de la ciudad, está en condiciones deplorables y descuidadas.
Y mientras la ciudad se cae a pedazos, “el embaraza-empleadas” intenta aumentar el predial en un 50 por ciento. ¿Acaso cree que los ciudadanos pagarán por su ineficiencia y corrupción? ¡Que lo pague su mamá!
Este es el mismo alcalde que, en lugar de trabajar para el bienestar de Fortín, ha estado involucrado en escándalos vergonzosos como el de embarazar a empleadas municipales.
Mientras tanto, el dinero para mantener el municipio bonito parece no existir, pero para enriquecerse a costa del erario, para eso sí, siempre hay fondos.
La administración de Gerardo Rosales Victoria es el ejemplo más claro de cómo la corrupción y la falta de vergüenza destruyen a una comunidad.
No es difícil ver los efectos del abandono. Cada esquina del fraccionamiento refleja la desidia de su administración. La falta de mantenimiento es evidente, y el deterioro de las calles afecta a los ciudadanos que deben lidiar con baches y banquetas imposibles de transitar.
Sin embargo, mientras los fortinenses viven en un municipio en decadencia, el alcalde sigue buscando más dinero de los bolsillos de los contribuyentes para alimentar su administración corrupta.
