CD. DE MÉXICO.- La Alianza por la Salud Alimentaria, reveló quela estrategia desplegada por la Administración de Enrique Peña Nieto, de combatir la obesidad y la diabetes, hace cuatro años, fracasó debido a la “fragmentación institucional”, la ausencia de una política pública clara, la multiplicación de programas y la deficiente aplicación de recursos
Con base en un estudio que realizó la consultoría Probatio, la organización planteó la necesidad de crear una política pública rectora “transversal” y “federal”, regida por un programa presupuestario único.
Ello, aseveró, permitirá combatir eficientemente la epidemia más mortal y onerosa de México, pues cada año mueren 96 mil personas de diabetes y los costos asociados con la obesidad se elevarían a 150 mil millones de pesos en 2017, según el documento.
La organización observó que en los últimos dos años la administración redujo en 5 mil millones de pesos, el presupuesto asignado a los programas relacionados con la prevención de la obesidad, el sobrepeso y los padecimientos no transmisibles, al pasar de 27 mil 496 millones de pesos en 2014 a 22 mil 722 millones para el próximo año. Según la consultora, el Estado mexicano recaudó 21 mil 394 millones de pesos a través del Impuesto Especial sobre Productos y Servicios (IEPS) sobre los refrescos, pero no se sabe exactamente en qué se erogó ese monto. Desde la entrada en vigor del nuevo impuesto, organizaciones de la sociedad civil –sobre todo la Alianza por la Salud Alimentaria– han exigido que la totalidad del dinero recaudado se destine a acciones de prevención y de acceso al agua potable.
Pablo Antonio Kuri Morales, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, reconoció la necesidad de destinar el dinero recaudado por el impuesto al combate contra la obesidad y la diabetes, ya que los costos derivados de esta epidemia podrían rebasar en un futuro próximo las capacidades del sistema mexicano de salud.