En las últimas horas, una erupción volcánica ha sacudido el suroeste de Islandia, rompiendo con varias semanas de relativa calma en la región. El fenómeno ha generado preocupación al amenazar un pueblo pesquero previamente evacuado, una central eléctrica y la principal atracción turística del país.
La erupción tiene lugar cerca de Grindavik, una ciudad con aproximadamente 3 mil 700 habitantes, la cual fue desalojada a principios de noviembre debido a una intensa actividad sísmica. Grindavik se ubica en la península de Reykjanes, a unos 40 kilómetros al suroeste de la capital, Reykjavik.
La lava fluye del suelo en una zona que ha estado experimentando actividad geotérmica y sísmica en las últimas semanas. La situación actual ha llevado a evacuaciones preventivas y a la preocupación por la seguridad de las infraestructuras cercanas, incluida una central eléctrica.
Las autoridades islandesas están monitoreando de cerca la situación y han implementado medidas de seguridad para proteger a la población y mitigar los posibles impactos. La erupción ha generado inquietud en la comunidad local y en el sector turístico, especialmente debido a su proximidad a la capital y a la relevancia de la zona afectada.