de la redacción
el buen tono
Córdoba.- La situación bajo el mando del delegado del Mando Único Armando Gutiérrez Quiroz, ha alcanzado un punto crítico, marcado por detenciones arbitrarias, fabricación de pruebas y acusaciones de corrupción que han dejado a la población sumida en la desesperación y el miedo.
La pregunta que resuena en la mente de muchos es: ¿hasta cuándo el gobernador tolerará estas acciones? Y es que las detenciones ilegales y la manipulación de pruebas son sólo la punta del iceberg de la corrupción, que parece permear el entorno del delegado del Mando Único.
En menos de 24 horas, se han registrado cuatro detenciones ilegales en Cuitláhuac y Carrillo Puerto, donde las familias acusan al delegado de estar fabricando delitos, además de robar pertenencias.
Además, el reciente fallecimiento de un joven dentro de las instalaciones del Mando Único, es sólo uno de los muchos casos que arrojan sospechas sobre la conducta de este funcionario.
Además de estas acusaciones, se le atribuye al delegado Gutiérrez la tolerancia hacia la operación del crimen organizado, permitiéndoles actuar con total impunidad en la región.
Esta situación ha dejado a cientos de personas afectadas, víctimas de extorsiones, robos y violencia perpetrados bajo el amparo de la negligencia de este mal funcionario.
El abuso de poder y la falta de ética son características que parecen definir la gestión del delegado del Mando Único, quien se ha valido de su posición para enriquecerse a expensas de la ciudadanía y desviar la justicia en beneficio propio.
Es hora de que el gobernador tome medidas contundentes y ponga fin a esta situación insostenible, pues la protección continua a Gutiérrez Quiroz sólo perpetúa la injusticia y el sufrimiento de la población.
La tolerancia hacia la corrupción no tiene lugar en un Estado de Derecho y es responsabilidad del gobernador actuar en defensa de los derechos, así como la seguridad de sus ciudadanos.
