Laura A. García
El Buen Tono
Amatlán.- Sin previo aviso ni explicaciones, el alcalde Luis Arturo Figueroa Vargas, a media jornada de su “Martes Ciudadano”, se levantó de la mesa donde se encontraba, se retiró, y volvió dos horas después.
Por lo anterior, las personas que hacían fila para dialogar con el edil en busca de soluciones y respuestas a problemas sociales, se sorprendieron por su actitud, especialmente porque se fue sin dar ninguna explicación.
El hecho causó malestar entre quienes acudieron desde temprano, algunos consideraron que tal vez fue a desayunar con su esposa, o alguien lo habría hecho enojar.
La mayoría coincidió que nunca resuelve los problemas que enfrenta la población, sin embargo, así quiere el poder su esposa Daniela Alfaro Canseco, ahora candidata por el Partido del Trabajo a la presidencia municipal.
Al cabo de dos horas, cuando el funcionario local se dignó regresar, varios ciudadanos ya se habían retirado, se molestaron por la falta de educación del servidor, quien, sin disculparse, pedirle a la población esperara, o indicar el motivo de su ausencia, simplemente se fue.
Vecinos de la cabecera municipal y de las congregaciones llegaron desde temprano con la esperanza de ser escuchados en situaciones como falta de servicios básicos y obras públicas abandonadas, pero el único mensaje que recibieron fue el silencio de un escritorio vacío.
Holgazán
Figueroa Vargas tiene fama de priorizar su agenda personal sobre sus obligaciones ciudadanas, pero este nuevo desplante confirmó un patrón de desdén hacia las personas que lo eligieron.
Mientras Amatlán va es retroceso, testigos aseguraron que mientras el alcalde pasea por tiendas de lujo en Córdoba, los amatlecos enfrentan el abandono de su gobierno.
¿Es este el “gobierno cercano a la gente” que prometió? ¿O es sólo un trampolín político para su familia, financiado con recursos públicos y ausencias injustificadas?
