Fiesta en panteones por Día de Muertos

Córdoba.- Durante la celebración del Día de Muertos, familias recuerdan a quienes ya murieron con música, flores, bebidas y comida, así como ofrecen su talento a quienes no conocieron, pero viven en el recuerdo de los suyos, a pesar de esto se registró bajas ventas y poca actividad comercial en los cuatro panteones de la ciudad.

 

Ayer, desde las 8:00 horas, la familia Roldán Sánchez acudió a uno de los cementerios municipales para recordar a don Alfonso Roldán Pastelín, quien murió hace cuatro años y dejó una arraigada tradición entre su descendencia, como lo es visitar a sus muertos en el Día de los Fieles Difuntos, así lo hacía en su pueblo San Gabriel Chilac, Puebla.

 

Cada año desde su muerte, es recordado por doña Andrea Sánchez Mendoza, quien en compañía de sus siete hijos, preparan la celebración del Día de Muertos con la colocación de un altar en su vivienda, donde se ofrecen pan, mole de Chilac y bebidas, con flores y velas.

 

Don Alfonso recibió una canasta de pan, flores, cirios y no podía faltar la música que le gustaba; al llegar la familia al cementerio sin dudarlo contrató a Los Relámpagos de Sabana Larga, para que le cantaran algunas melodías que eran de su preferencia, pero también aquellas que las hijas le quisieron cantar.

 

Más tarde, cerca del mediodía hicieron un rezo y se prepararon para abandonar el camposanto, pues aún les esperaba el ritual de la comida familiar, ya que organizaron una reunión para degustar uno de los platillos preferidos por ellos: el caldo de caderas con patas de chivo y mole poblano, que se solicitó con anticipación a sus parientes para disfrutarlo en recuerdo del jefe de la casa.

 

Por otro lado del camposanto, a Oscar Peralta Rosales no le llevaron música, pero su familia llegó con algo que le gustó mucho en vida: la cerveza.

 

Valentín, uno de los hermanos quien dijo que pese a que Oscar murió hace siete años, aún lo recuerdan todos los días, pero al celebrarse el Día de Muertos, se reunieron para ir a hacer limpieza a su tumba, misma que fue regada con una cerveza para darle el gusto en su vida a este mundo, según la creencia religiosa y se encendió incienso como marca la tradición.

 

Los integrantes de su familia hicieron una pausa durante la faena para tomar algunas bebidas en memoria de Oscar, pues aunque ya está muerto “siempre estamos a su lado”, más tarde colocaron flores, escucharon misa y se retiraron a su hogar, donde compartieron algunos platillos tradicionales de la temporada.

 

“No hace falta venir al panteón para recordarlo, todos los días y a cada momento nos acordamos de él y a pesar de ser ya siete años que ya pasaron, no nos olvidamos de él, vamos superando poco a poco, pero no nos olvidamos y acudimos en familia en estos días para depositar unas flores”, comentó uno de los familiares.

 

En otro lado comentaron que “visitar a los abuelos, quienes ya partieron, es como visitarlos en sus casas”, así se expresó José María Luna Velázquez, de nueve años, quien acompañado de su madre y hermana, acudieron a la sepultura de su abuela, misma que dejó de existir hace un año y a quien la recuerda con cariño, serenidad pero con mucha nostalgia, pues al momento de plantarse frente a la tumba mostró una actitud de tranquilidad y prudencia.

 

Luego de rezar una oración, José María pidió a su abuela, que cuide a los demás y a la familia, que siga siendo feliz, donde quiera que esté.

Otros, quienes no conocieron en persona a difuntos, no dudaron en acudir a demostrarles su talento, ya que un grupo de jóvenes hicieron sonar sus guitarras y cantaron melodías que hablan de la partida de una persona querida, al tiempo que la viuda le gritaba a su viejo “este es tu bisnieto, el que te canta”.

 

Se realizaron diversas actividades culturales como cantos, puestas en escenas y un desfile de catrinas, a la que asistieron familias que visitaron a sus muertos y comentaron que en otros años, había mucha gente, mientras que ayer, hasta se podía caminar sin ningún problema en el panteón.