Fidel Kuri Grajales es acaso uno de los últimos exponentes del folklor político que prohijaron la Fidelidad y el Duartismo en los últimos dos sexenios.
Es un abusivo del poder que a lo largo de su vida “profesional” y política ha aprovechado sus relaciones públicas y el constante “¡te voy a romper la madre si no haces lo que diga!” para enriquecerse de manera no legal.
En su último lance, hace unos días, perdió la más valiosa oportunidad que tiene el hombre en la vida de quedarse callado -“es que soy de mecha corta”- al amenazar con llevarse a los “Tiburones Rojos” fuera de Veracruz si gana Miguel Ángel Yunes Linares.
La realidad es que este tramposo profesional de semanas atrás ha viajado de manera intermitente a Culiacán, donde lleva avanzadas conversaciones con empresarios sinaloenses para entregar en sociedad el equipo con todo y la franquicia que ni siquiera es de él.
Fotografías donde se le ve descender del jet privado en el aeropuerto de Sinaloa y otras personas más en reunión empresarial, que la misma prensa local da cuenta, sobre todo del tema que nos ocupa, no hacen más que revelar el doble juego de este invento de Fidel Herrera Beltrán.
Y no es que de pronto su espíritu priista y amor por Yunes Landa le haya brotado de lo más recóndito de su ser. No. El punto es que la plaza futbolera le es más rentable fuera de Veracruz por lo que de hecho el pasado fin de semana acudió a revisar el estadio de fútbol de Culiacán y las condiciones de un eventual acuerdo la próxima semana.
El estadio Banorte o Dorados es seminuevo, tiene una capacidad para 25 mil espectadores y es manejado por los empresarios Eustaquio de Nicolás, Valente Aguirre y Juan Antonio García.
No calculó, sin embargo, este amigo que la torpeza de sus declaraciones iba a provocar el encono del Gobierno del Estado, la cólera de los dos candidatos –Héctor y Miguel Angel Yunes- y una generalizada reprobación de la afición futbolera.
Hoy ha salido a la luz que la franquicia es del Gobierno, que el estadio “Pirata Fuente” lo tiene en comodato y que carga con una demanda de sus empleados por violar leyes laborales.
Kuri Grajales es actualmente diputado federal, tiene su asiento en el corredor Orizaba, que cree que es de él y eventualmente es utilizado por el Gobierno como golpeador y efecto distractor.Entre sus últimas correrías se le recuerda en la campaña electoral del 2010 gritoneando y amenazando a Javier Duarte, en un encuentro en conocido hotel de Paseo de la Reforma, ese pleito de borrachos con el hijo de Fidel Herrera Beltrán, en un antro de mala muerte de la ciudad de México y los insultos y golpes a Edgardo Codesal, director del área técnica de la Comisión de Arbitraje.
A todo ello se suma lo último, el chantaje electoral a la afición veracruzana de que más les vale que voten por Héctor Yunes Landa porque si no, se larga.
La de Kuri Grajales, un bipolar proclive a la agresión y violencia física, ha sido en realidad una cadena de complicidades.
Habría que recordar que en el 2013 el gobernador Javier Duarte firmó un contrato de promesa de comodato y usufructo con la Promotora Deportiva del Valle de Orizaba, A. C., administradora del equipo de fútbol “Tiburones Rojos de Veracruz” para favorecer a su propietario, Fidel Kuri Grajales.
Por medio de este convenio, el mandatario veracruzano otorgó al legislador priista –de manera gratuita– el usufructo de todos los bienes del club: nombre del equipo, marca comercial, logotipo y el estadio “Luis Pirata Fuente” (ubicado en Boca del Río).
Y para completar el favor también le cedió las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento, que se localiza en el kilómetro 6.5 de la carretera Paso de Ovejas-Veracruz.
El contrato nunca fue autorizado por el Congreso del Estado y según la Comisión de Juventud y Deporte de dicha Cámara, el convenio carece de un período específico de duración. Dicho de otra forma Duarte, de cara a esa irregularidad, entregó a un particular –a perpetuidad– todos los bienes del equipo, patrimonio de los veracruzanos.
El documento en cuestión fue firmado el 13 de noviembre de 2013 por el mandatario veracruzano y el representante legal de la promotora, Fidel Kuri Mustieles –hijo del legislador, quien también lo signó en calidad de testigo.
Habrá que recordar además que el período concedido por Duarte concluyó formalmente en enero de 2014, pero hasta la fecha Kuri Grajales opera, administra y lucra con los bienes del Estado y ninguna autoridad ha evitado esta irregularidad.
Así, a unos meses de que concluya el mandato de Duarte, legisladores y la opinión pública refieren que el convenio significaría un problema para las administraciones que vinieran.
Y es que al tratarse de un estadio propiedad del Gobierno Estatal, la pregunta es qué sucedería si Fidel Kuri no tiene una buena relación con el próximo mandatario –digamos con Miguel Angel Yunes Linares-.
Se correría el riesgo de que el Gobernador entrante terminara por cerrarle las puertas del inmueble al empresario-político, afectar al equipo y abrir un periodo de incertidumbre legal.
Por ello, Kuri tramposamente se cura en salud migrando a Sinaloa.
Pretende sacar al equipo con todo y franquicia, aduciendo que él es el dueño absoluto. Esconde la realidad vendiendo el favor a Héctor Yunes Landa. “¡Voten por Héctor, si no me largo de Veracruz con todo y Tiburones!”.
La pretendida huida de Kuri se registra, además, en el marco de una demanda laboral que en 2011 promovieron 12 extrabajadores, encabezados por Julio César Arroyo Martínez contra la Promotora Deportiva del Valle de Orizaba, A. C.
Los exempleados delclub, quienes en conjunto exigen el pago de 15 millones de pesos, correspondientes a salarios caídos, vacaciones, aguinaldo y otras prestaciones, obtuvieron un laudo a su favor en el expediente laboral número III/IX/2011.
Kuri, sin embargo, los mandó a la fregada.
Ya mismo, también sale a flote el “negocio redondo” de Kuri Grajales con Fidel Herrera Beltrán, quien no sólo le puso la alfombra roja, entregándole el equipo con todo y estadio, sino la nómina para sus trabajadores.
Cuando Fidel Herrera Beltrán era gobernador, un enviado de Kuri acudía cada quincena a Xalapa, para recibir de manos del responsable de las finanzas, Javier Duarte, millones de pesos en efectivo en bolsas negras para el pago de la nómina, incluido el del cuerpo técnico. La máxima cantidad que se llegó a trasladar al puerto en bolsas negras fueron 20 millones de pesos.
El dinero iba resguardado por cuatro elementos del Ipax. Hay declaraciones ministeriales al respecto.
Más, pues hay en el fondo de esta perversa relación del Gobierno del Estado con el tristemente célebre Fidel Kuri Grajales. Tan sólo habrá que esperar a que dejen el poder en los siguientes meses.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo