ORIZABA.- La Iglesia celebró ayer el Domingo Mundial de las Misiones, el acontecimiento de la canonización en Roma de un sacerdote, de una religiosa y de un matrimonio, lo cual constituye una buena noticia, dijo el vocero diocesano Helkyn Enríquez.
En el marco del Día Mundial de las Misiones Domund, la Iglesia católica se solidarizó con la gente que hace el servicio en comunidades apartadas, marginadas y en donde muchas veces se exponen no sólo a enfermedades sino a persecuciones y se atenta contra su vida, aún así hacen caridad en salud, educación, alimentación y evangelización.
Por esa razón, la colecta de ayer en todas las misas será enviada a territorios de misión que tiene a cargo la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, confirmó Helkyn Enríquez Báez.
El mensaje fue propicio para recordar que las vocaciones de servicio ya sea de gobiernos, instituciones o familiares son para atender no para oprimir, se hizo el llamado a no hacer a un dios el poder, sino una autoridad para servir.
Sobre las misiones, recordó que es una tarea de la Iglesia en países ya evangelizados, pero está la misión Ad Gentes, lo que significa que se sale de los países de tradición cristiana hacia naciones que no han conocido a Cristo y lo hacen no sólo para ganar adeptos sino prestando sus servicios con ayuda médica, en la educación y desarrollo.
La Iglesia, por ello, sigue sensibilizando sobre esta realidad porque un derecho humano fundamental es la vida y otro es la libertad religiosa, precisamente pidió que en esos países Dios ilumine a las autoridades para que ellos puedan desarrollar su labor misionera sin persecución y sin violencia.
Luego del mensaje del evangelio este domingo lanzó una crítica fuerte que resulta muy actual, “los jefes de las naciones las gobiernan como si fueran dueños de ellas”. Esto constituye un llamado de atención para las autoridades, recordándoles que quienes gobiernan son servidores de un pueblo, no dueño de éste ni para que lo opriman.
También, dijo, quien representa una autoridad en la familia, en el hogar, en la escuela, el trabajo, la Iglesia o comunidades a las que se le confían, son sus administradores, elegidos por la comunidad para buscar el bien común, señaló Enríquez Báez.
Sobre la canonización de Celia y Martín, padre de Santa Teresita del Niño Jesús, el Vocero Diocesano dijo que nos está dando la enseñanza de que en la vida laical también se puede ser santo como matrimonio aunque pareciera que para muchos es imposible o complicado, sí se puede seguir a Cristo en la vida laical y no sólo en la religiosa o sacerdotal.
“Esta vez las tres vocaciones están en la canonización, en este caso fue un sacerdote, una religiosa y este matrimonio que se hizo santo no porque haya hecho milagros extraordinarios sino por el testimonio de que se puede ser fiel, dar fecundidad en los hijos y se puede permanecer firme hasta la muerte y esto llena de alegría a la Iglesia, siendo un fuerte compromiso para los matrimonios, quienes ya no tienen pretexto para no ser santos porque sí se puede”, afirmó el Vocero Diocesano.