Boston.- La fiesta comenzó en el Fenway Park, tres días después que el equipo conquistó la Serie Mundial con un triunfo por 6-1 sobre los St. Louis Cardinals en el sexto partido. Esa victoria coronó un extraordinario repunte luego de la pésima campaña de 2012, cuando Boston tuvo su peor marca en casi medio siglo.
Los peloteros, todavía sin afeitarse sus barbas, abordaron 25 vehículos anfibios junto con el mánager John Farrell, coaches y otros oficiales del equipo.
Los vehículos se detuvieron al llegar al punto donde se encuentra la meta del Maratón de Boston, todavía pintado azul y amarillo, y donde tres espectadores murieron en un atentado con bombas el 15 de abril.
El jardinero Jonny Gomes colocó el trofeo de Serie Mundial en la raya, y junto con el catcher Jarrod Saltalamacchia, levantaron camisetas de los Red Sox con las palabras “BOSTON STRONG” y el número 617, el código de área de la ciudad.
Antes de salir de Fenway, Farrell recordó que el día del atentado, los Red Sox salieron hacia el aeropuerto después de un partido. De camino, vieron vehículos de emergencia respondiendo a las explosiones.
“Sabiendo que íbamos a salir de la ciudad, eso iba a provocar mucha incertidumbre en ese momento”, señaló Farrell. “Nadie sabía qué iba a pasar. Así que fuimos afortunados porque quizás ayudamos un poco en el proceso de recuperación”.
“Jugamos por toda la ciudad, por lo que pasó la ciudad”, agregó el intermedista Dustin Pedroia.
En un día cálido y soleado, la ruta del desfile incluía un tramo por el río Charles, entre Boston y Cambridge.
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