ORIZABA.- Sin importar caminar hasta diez horas, bajo unos cinco o tres grados en la sierra, neblina, lluvia y malas condiciones de caminos, miles de peregrinos se desplazan de la zona de alta y baja montaña hasta la ciudad de Orizaba, donde está el Santuario Diocesano de Santa María de
Guadalupe La Concordia. La fiesta es este 12 de diciembre y vienen suplicantes por alcanzar la salud, el trabajo, la paz y la seguridad en sus comunidades.
Ayer el templo ya no cerró sus puertas, de manera ininterrumpida recibió a los peregrinos procedentes de comunidades enclavadas en la sierra, en el valle y las ciudades. Este 12 de diciembre el fervor se patentiza con celebraciones en al menos ocho parroquias dedicadas a la Virgen Morena en la región, pero en La Concordia, miles de fieles traerán a sus hijos vestidos de San Juan Diego, virgencitas e inditas.
En el municipio de La Perla, enclavado en la región volcánica, la comunidad se caracteriza por ofrecer a la Virgen María en su advocación de Guadalupe, todo lo que sus comunidades producen. Flores y frutas de sus campos “visten” los pilares del templo; harán tapetes de aserrín de colores y recibirán al obispo Eduardo Cervantes al filo del mediodía para celebrar esta solemne fiesta.
Por la noche, el máximo jerarca de la Iglesia Católica en la Diócesis estará en el único santuario diocesano dedicado a la Virgen en Orizaba y ahí celebrará la solemne eucaristía.
Reportes oficiales indican que el 30 por ciento de la población que habita en los 28 municipios que conforman el territorio de la Diócesis de Orizaba habla náhuatl y se identifican a través de su fe con la Virgen de Guadalupe y San Juan Diego, puesto que el diálogo de ellos en el momento de las apariciones se dio precisamente en náhuatl.