Adriana Estrada
El Buen Tono
Orizaba.- Evocando el momento de la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, ayer fieles católicos se dieron cita en la alameda para participar en la bendición de palmas a cargo del obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, con lo que dio inicio a la Semana Santa.
Tras bendecir las palmas, el Obispo dijo que ni la fuerza, ni la violencia es lo que cambia el mundo, sino el corazón que toca a partir del encuentro con el Señor, para hacer un mundo mejor, para luego dirigir la procesión hacia la Iglesia madre.
“Que nuestra palma sea el signo de victoria de nuestro Mesías, los invito a no quedarnos sólo con la procesión del Domingo de Ramos, sino que además de este signo con el que comienza la Semana Santa, participemos con gozo de los misterios de la institución de la Eucaristía, veneremos con silencio y gratitud su muerte en cruz, para celebrar con gozo la Vigilia Pascual y todas las fiestas de la Pascua”, expresó el Obispo en la homilía que se celebró tras la procesión.
El Prelado pidió a los fieles no olvidar que el reino de Jesús es pacífico, no tiene violencia, ni alarde, y ese es precisamente el que debe imperar en los corazones de todos, a pesar de una sociedad actual que está llena de violencia.
Dijo que con la entrada de Jesús en Jerusalén comienza una nueva etapa de la salvación; él entra como Mesías, como Rey; no con el poder avasallador, ni con los signos de poder y dominio, no entra en corcel, no entra en caballos briosos, entra en un burrito, y por ello él trae un reino diferente, un reino que se construye por la sencillez, la humildad, el servicio, el perdón, la justicia y la paz.
