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¡Felicidades Córdoba!

Superiberia

Córdoba.- Desde su creación, gozó de privilegios especiales y a lo largo de su historia ha destacado por ser el centro de numerosos hechos históricos y por haber sido cuna de personalidades ilustres en todos los ámbitos de la actividad humana.

Fernández de Córdoba, marqués de Guadalcázar, libró la orden de su fundación el 29 de noviembre de efectuó en 1617. El escudo de la ciudad es el mismo que los monarcas católicos utilizaban en aquella época y lo otorgaron como una concesión especial a la Villa en su Fundación.

Está compuesto de cuarteles con las armas de los reinos de Castilla, León, Aragón y Granada, y el escudón de Portugal, que en aquella época componían el reino de España: abajo presenta el famoso León Español y sobre el escudo descansa la Corona Real de España.

En el año de 1830 se le dio el título de “Ciudad” y en 1880 el Congreso Veracruzano le concedió el título de “Heroica”, por los actos gloriosos acaecidos entre el 15 y el 21 de mayo de 1821, a favor de la Independencia de México.

RIQUEZA CULTURAL

Una característica de Córdoba es que es una población de paso, de comunicación entre la capital del País, el Puerto de Veracruz y el Sureste de la República, por lo que en algún tiempo fue llamada la Llave del Sureste.

Su estratégica posición propició un notable desarrollo comercial de la ciudad, al grado de ser conocida como la Fenicia veracruzana en oposición a Xalapa, la Atenas veracruzana.

Hablando de apelativos, el notable escritor cordobés Rafael Delgado la llamó Villa Verde por su permanente y exuberante vegetación.

Decir Córdoba es hablar de importantes personalidades, como el destacado intelectual Jorge Cuesta, el dramaturgo Emilio Carballido, el innovador pedagogo Carlos A. Carrillo, el filósofo Fernando Salmerón, el jesuita Agustín Castro; Francisco Hernández y Hernández, cuyo nombre Córdoba llevó como apellido en tiempos pasados. José María Mena Sosa y su hijo, Ramón Mena Isassi. El naturalista Apolinario Nieto. El letrado Rubén Bonifaz Nuño. El profesor Manuel Suárez. Pablo de la Llave… y un larguísimo etcétera.

Cabe decir que la riqueza cultural de Córdoba se debe sin duda a que sabe acoger a las personas que pisan su suelo. Las colonias de japoneses, italianos, sirio-libaneses y de otras ciudades del Estado y del País han florecido en la ciudad.

Esta tierra fue donde se sembró por primera vez en suelo mexicano el mango manila y el café, cultivo que todavía hoy en día es importante fuente de ingresos para muchas familias y para quien visita la ciudad es casi una obligación beber una taza de la aromática infusión en los famosos Portales.

Además del café, el menyul (bebida hecha a base de menta y hierbas), la pierna envinada, el pollo rostizado y los dulces típicos, han recibido su acta de adopción en Córdoba.

También dentro del folclor cordobés se encuentra la existencia, siempre jurada, pero nunca comprobada, de túneles que cruzan de lado a lado la ciudad.

O el recuerdo, hoy más vivo que nunca, del minúsculo tren de El Huatusquito, que comunicó a la ciudad con los pueblitos ubicados al Norte durante los primeros 50 años del siglo XX.

Históricamente, Córdoba es una de las poblaciones más importantes del Estado, fue capital y su escudo se halla labrado en el actual Palacio de Gobierno, sede del Gobernador en Xalapa.

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