Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Región.- En los municipios de las Altas Montañas, una parte importante de la población enfrenta una barrera significativa para acceder a servicios básicos: la falta de traductores de lengua de señas en los Sistemas para el Desarrollo Integral de la Familia.
A pesar de que la entidad cuenta con una población considerable con discapacidad auditiva, los organismos sostienen que no han sido necesarios.
En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, esta situación es particularmente preocupante, ya que la lengua de señas es la lengua natural de las personas con discapacidad auditiva. La falta de traductores calificados impide que estas personas puedan comunicarse de manera efectiva con los funcionarios y personal de los DIF en el acceso a los servicios públicos, lo que puede generar exclusiones y discriminaciones.
Los DIF que reconocen que no tienen traductores son Cuitláhuac, Atoyac, Fortín, principalmente. Algunos de ellos argumentan una “baja demanda” del servicio de traductores.
En Veracruz hay 675 mil 26 personas con alguna discapacidad, cerca de la mitad es a causa de alguna enfermedad, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica del INEGI.
Según el INEGI el 41.36% fue causado por alguna enfermedad, el 22.66% por edad avanzada, y el 16.11% por nacimiento, principalmente.
Cabe señalar que de todo el segmento de población con discapacidad auditiva, 633 no cuentan con afiliación a ningún sistema de salud o servicio médico.
Según el Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI revela que en Córdoba hay 2 mil 201 individuos con discapacidad auditiva.
No obstante, podría haber otro sector que requiere de la Lengua Mexicana de Señas pues según el Censo un total de 5 mil 291 personas tiene limitación auditiva o tiene dificultades al oír aún teniendo aparato auditivo.
Por género y edad, quienes más padecen la discapacidad auditiva son las mujeres y de la tercera edad.