La ciudad japonesa de Ashiya, en el sur de Japón, lamentó este sábado el fallecimiento de Tomiko Itooka, quien ostentaba el título de la persona más longeva del mundo. Itooka murió el 29 de diciembre a los 116 años, en la residencia para personas mayores donde vivía desde 2019. La noticia fue confirmada por el alcalde de Ashiya, Ryosuke Takashima, quien expresó su gratitud por la longevidad y el legado de esperanza que la mujer brindó a la comunidad.
Tomiko Itooka nació el 23 de mayo de 1908 en Osaka, cerca de Ashiya. Su vida abarcó un siglo de eventos históricos, desde guerras hasta revoluciones tecnológicas. Conocida por su energía y fortaleza, Itooka fue una amante de la vida, incluso en su ancianidad disfrutaba de pequeños placeres como los bananos y el Calpis, una bebida popular en Japón a base de fermentos lácteos.
A lo largo de su vida, Itooka vivió de cerca los cambios sociales, las pandemias y las guerras, pero siempre se mantuvo como un símbolo de resiliencia. Crió a cuatro hijos y cinco nietos, y su historia se convirtió en un ejemplo de esperanza para las generaciones más jóvenes.
Japón y su población longeva
Con más de 95,000 centenarios, Japón es uno de los países con la mayor cantidad de personas de más edad. Sin embargo, el país enfrenta una crisis demográfica, con una población envejecida que plantea desafíos sociales y económicos. Más del 30% de los 124 millones de habitantes de Japón tienen 65 años o más, y la mayoría de ellos son mujeres.
¿Quién ocupa ahora el título de la persona más longeva del mundo?
Con la muerte de Tomiko Itooka, el título de la persona más longeva del mundo recae en la brasileña Inah Canabarro Lucas. Nacida el 8 de junio de 1908 en San Francisco de Asís, Brasil, Inah tiene 116 años y reside actualmente en la sede de la Congregación de las hermanas teresianas de Brasil en Porto Alegre. A lo largo de su vida, recibió una bendición especial del Papa Francisco en 2018, cuando tenía casi 110 años.
El legado de Tomiko Itooka no solo ha marcado la historia de Japón, sino también un hito global, dejando una huella imborrable de esperanza y perseverancia.