Sandra González
El Buen Tono
ORIZABA.– Los programas de asistencia social en México, aunque paliativos ante necesidades urgentes, no resuelven problemas de fondo. Para garantizar un desarrollo integral en comunidades como Orizaba y la región de las Altas Montañas, se requieren estrategias que involucren inversiones sostenibles en educación, salud, infraestructura y seguridad.
El vocero de la Diócesis de Orizaba Helkyn Enríquez Báez, agregó que estas son las verdaderas prioridades que debe impulsar un gobierno para mejorar las condiciones de vida de la población y fomentar el progreso de las comunidades.
Los programas sociales pueden ser útiles para otorgar becas a jóvenes o cubrir necesidades básicas, pero no solucionan de manera definitiva las causas estructurales de la pobreza y el subdesarrollo. Se necesitan políticas que promuevan el desarrollo social, evitando que las comunidades queden atrapadas en una cultura subsidiaria, sin crecimiento.
Es necesario revisar y adecuar los planes de estudio, asegurar la infraestructura y especialistas en el sistema de salud, y mejorar la seguridad. Además, se debe reactivar la productividad del campo y mejorar las vías de comunicación, dado el estado de las carreteras que generan retrasos y pérdidas.
En la Diócesis de Orizaba, la realidad es diversa. Existen tres entornos: el campesino, en los municipios cercanos al Pico de Orizaba; el urbano, que abarca desde Ciudad Mendoza hasta Ixtaczoquitlán; y la zona indígena, concentrada en la Sierra de Zongolica.
