in

Fallan autoridades ambientales contra la tala inmoderada

Superiberia

Región.- Las cifras “alegres” que emiten funcionarios de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) y de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), avaladas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), nada tienen que ver con el devastador efecto de la tala inmoderada que a nivel Estatal sitúa a los municipios de La Perla, Mariano Escobedo, Nogales y Maltrata entre los primeros lugares de impacto ambiental por este fenómeno.

Consecuencia de esto, denuncian grupos ambientalistas, ha sido el desinterés de los presidentes municipales de estos lugares, la falta de compromiso y de inversión de las instancias estatales y federales para contrarrestar el efecto de la tala clandestina, pero también de proveer programas permanentes de reforestación y sostén de viveros; tal es el caso de La Joyita, abandonado desde el año 2014, señala el biólogo José Camarillo Barranco.

Explicó que el fenómeno de la tala de árboles como materia prima se da en todos los municipios rurales e indígenas, donde se utiliza la madera como leña y carbón, pero también para la construcción de viviendas, muebles y artesanías que se venden para el sostén de estas familias. No obstante al hecho, existen grupos de campesinos que han visto en el tráfico ilegal de la madera una forma para mejorar su economía, al ser contratados por dueños de aserraderos clandestinos que sirven de intermediarios a grandes empresas y generan una importante derrama de recursos.

En comunidades de Maltrata, pero principalmente en la Barranca de Tecoa, los talamontes han afectado el entorno en una reserva natural protegida por la Federación, donde, dicho sea de paso, no existe ninguna supervisión forestal a cargo de alguna autoridad Federal, exhibe el presidente del Consejo Intermunicipal de Ambientalistas (CIMA), Graciano Illescaz Téllez.

Habitantes de Maltrata acusan a la autoridad local de ser omisa ante el devastador efecto que genera la pérdida de grandes extensiones de bosques, pero también de ecosistemas, donde se pierden cada año un número importante de ejemplares de reptiles, serpientes, aves y mamíferos pequeños, sin mencionar la capacidad de captación de agua para los
manantiales.

Illescaz Téllez asegura que al año se pierden en estos cuatro municipios más de mil hectáreas de bosques por efecto de la tala inmoderada e incendios forestales. Incluso, en el municipio de Maltrata, en 2014, habitantes denunciaron ante la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente el corte de 33 álamos de gran tamaño de un área federal protegida cercana a la Barranca de Tecoa.

La complacencia o desinterés que muestran las autoridades en estas reservas es tan lamentable, que las Altas Montañas, y en especial estos cuatro municipios, lideran las estadísticas de los bosques más devastados por la tala inmoderada.

CANAL OFICIAL

Por morosos, se quedan sin agua

Repatrian a 3 mil veracruzanos