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Qatar.- Sergio Pérez abandonó el Gran Premio de Qatar en la vuelta 38, cuando se encontraba en la quinta posición, después de una serie de eventos desafortunados en la pista del circuito de Lusail. Todo comenzó tras la salida de un Safety Car, cuando el piloto mexicano de Red Bull, al intentar reiniciar la carrera, sufrió un trompo que lo relegó a la última posición. Pese a sus esfuerzos por retomar el control, el motor de su coche se detuvo, y el resultado fue un DNF (Do Not Finish).
La pregunta es clara: ¿fue un error del piloto o una falla mecánica lo que causó su abandono? A primera vista, la situación parecía tener un componente técnico, ya que los neumáticos duros que Pérez había colocado tardaron en alcanzar la temperatura óptima, algo que afectó a todos los pilotos. Mientras se retiraban los restos del espejo retrovisor del Williams de Alex Albon, que había ocasionado ponchaduras a otros competidores como Carlos Sainz y Lewis Hamilton, Pérez se encontraba luchando por calentar sus gomas.
En ese momento crítico, el mexicano trató de acelerar con fuerza para reingresar a la pista, lo que provocó que el auto girara sobre su eje. Aunque Pérez intentó retomar la marcha, el coche ya no avanzaba, y parecía que la caja de cambios había fallado.
Tras la carrera, en la zona mixta, el piloto explicó que el motor sufrió una sobreentrega de potencia que resultó en la posterior falla. “El motor me hizo una sobreentrega de potencia y luego falló”, comentó Pérez en entrevista con medios en español. Sin embargo, desde fuera, muchos consideran que la pérdida de control podría haber sido culpa de su sobreexigencia en la rearrancada.
Por su parte, Christian Horner, director del equipo Red Bull, evitó emitir un juicio definitivo, mencionando que aún debían analizar el coche para determinar la causa exacta del problema. “Estamos investigando el fallo exacto, pero parece que, obviamente, hizo girar el coche y, al soltar el embrague, se calentó demasiado. Así que sí, una de esas cosas, pero habrá más información después de que desmontemos el coche”, declaró Horner, lamentando la situación de Pérez, quien, según él, iba bien hasta el incidente.
Hasta el momento, la hipótesis más probable apunta a un sobrecalentamiento del embrague, el cual, al desbordarse, habría provocado el trompo del piloto. Posteriormente, el motor del auto ya no pudo funcionar correctamente, lo que selló su destino en la competencia. La versión final del equipo Red Bull aún está pendiente, pero lo cierto es que la combinación de factores podría haber jugado un papel crucial en el desafortunado abandono de Checo Pérez.
