Tomatlán.- La psicosis generada por la amenaza de atentado contra el Ayuntamiento de Tomatlán ha sido aprovechada por sujetos desconocidos para extorsionar vía telefónica a la ciudadanía.
En su llamada, los extorsionadores hacen creer a la víctima que han secuestrado a un miembro de su familia solicitando un cuantioso rescate, o en su defecto, se hacen pasar por miembros de algún grupo del crimen organizado, y exigen al destinatario una “cuota” para no molestarlo o secuestrarlo.
Una comerciante que recientemente fue blanco de un intento de extorsión, declaró: “sonó mi teléfono, contesté y una mujer gritó ‘¡auxilio mama, ayúdame!’, inmediatamente me habló un hombre y me dijo que tenía secuestrada a mi hija”. Al creer que era cierto, dado que al fondo se escuchaba el llanto de una bebé, que supuso era el de su hija, la desprevenida mujer depositó 4 mil pesos en una tienda de conveniencia para que su hija fuera liberada.
Narró que tras avisar del hecho a unos familiares, le preguntaron si había intentado marcarle a su hija, hecho que en ningún momento se le ocurrió. Al hacerlo, su hija le aseguró que estaba bien, y que en ningún momento había salido de su casa. Sin embargo, no pudo proceder contra los extorsionadores debido a que, inmediatamente después de hacer el depósito, volvieron a marcarle para amenazarla y exigirle romper y tirar a la basura el comprobante, ya que supuestamente la estaban “vigilando”, por lo que de no obedecer, darían muerte a la “secuestrada”.
Otro caso es el del número celular 722-34-63-211, de Toluca, Estado de México, desde el cual varios comerciantes de la zona han sido extorsionados. En la llamada, un hombre comienza hablando de forma amable, y luego pasa el teléfono a otro sujeto, quien de manera más tosca, se ostenta como el “jefe de jefes” de un grupo criminal, y exige una cuota de 1 mil pesos semanales para que la víctima pueda proseguir con su negocio de manera normal.
Aunque las personas ya no caen con tanta facilidad, se niegan a denunciar estos intentos de extorsión ante las autoridades, ya que difícilmente se esclarecen estos casos o se da con los culpables. Por ello, prefieren ignorar las llamadas o cambiar su número de celular.
DE LA REDACCIÓN
El Buen Tono