Políticos y funcionarios de sanidad se han comprometido públicamente a compartir de manera equitativa cualquier vacuna contra el coronavirus que resulte eficaz, pero la principal iniciativa global para ello permitiría a los países ricos acumular existencias y dejar menos dosis a disposición de los pobres.
Muchas voces advierten que sin intentos más enérgicos de obligar a las autoridades políticas, farmacéuticas y sanitarias a rendir cuentas, los países ricos acopiarán las vacunas en una competencia impropia para inocular en primer término a sus poblaciones.
Después del escándalo reciente cuando Estados Unidos adquirió una gran cantidad de un medicamento nuevo contra el covid-19, algunos pronostican una situación aún más perturbadora si se crea una vacuna eficaz.