Paris.- El Gobierno francés está preocupado. Cree que hay rebrotes inaceptables de antisemitismo. El presidente, François Hollande, el primer ministro, Manuel Valls, y el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, han lanzado alertas estas semanas de manera reiterada.
Valls reaccionó duramente a finales de agosto contra el ataque a sinagogas y contra lo nunca oído en décadas en las calles de París: “Muerte a los judíos”. La guerra de Gaza exaltó los ánimos y el miedo entre las comunidades judías europeas está instalado.
“Mi amiga se acaba de marchar con toda la familia. Agredieron en la calle a su padre, de 80 años, y dijo: ‘hasta aquí hemos llegado”, relató un judío de París que prefiere quedar en el anonimato.
Joël Mergui, presidente del Consistorio Israelí de Francia, no duda de que hay un antisemitismo creciente y un cierto ataque a la libertad religiosa que arroja dudas sobre el futuro en Francia.
“Muchos consideran que este ya no es su sitio”, incide Roger Cukierman, presidente del Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia.
Philip Carmel, consejero del Congreso Europeo Judío, puntualiza: “Los que se van son solo el 1%. El 99% cree que el país sí les ofrece un futuro”.
En Francia, con la comunidad judía más amplia del continente (600.000 ciudadanos), las expatriaciones con destino a Israel se han disparado hasta convertirse en el país que más ciudadanos envía este año.
En 2012 apenas 2 mil judíos franceses se marcharon a Israel. Ya en 2013 aumentaron a 3 mil 280. En los ocho primeros meses de este año se han ido 4 mil 566, según el Ministerio Israelí de Integración. Casi el doble de los que han partido de Rusia o Estados Unidos.
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