Yanga.- Una construcción en ruinas con paredes llenas de moho, campo y naturaleza es la exHacienda azucarera ubicada en la congregación de J.J. Baz o San José del Corral, la cual encierra misterios de cómo fabricaban el azúcar en la época colonial.
Cada pared fue testigo de las herramientas que eran utilizadas por esclavos negros de ese tiempo para que las familias tuvieran con qué endulzar sus alimentos.
Historiadores de la zona, como don Antonio Carrera, relatan que mediante un molino se daba paso para convertir los jugos cristalizados en azúcar, asimismo, en esta hacienda llamada “San Joseph el Corral”, la cual fue fundada en 1760 por don Bartolomé Laurencio, se realizaban los famosos panes de “Sal”, muy populares en la zona y de fácil acceso para los empleados de esa fábrica, cuentan los historiadores.
Algunos de los habitantes llamaban al molino “trapiche”, el cual contenía un aljibe para depositar el guarapo, jarabe o jugo de caña, que después se convertía en azúcar.
Este lugar fue cerrado en 1812, cuando Francisco Antonio De la Llave fue asesinado por un soldado realista en pleno movimiento de insurgencia, porque simpatizaba con la causa de Morelos, era uno de los principales emprendedores en la industria azucarera en la zona Centro del Estado.
Esta Hacienda fue expropiada en tiempos del emperador Maximiliano, porque de la Llave con un pensamiento liberal apoyaba la causa de Benito Juárez al término del Imperio, pero una vez restituida la República, siendo Gobernador Ignacio de la Llave, dejó sin efecto ese decreto imperial y le restituye todas sus propiedades a la familia De la Llave, así lo relataron lugareños.
Este lugar es ideal para visitarlo en cualquier fecha, pues regala un paisaje a los turistas y pobladores, de gran paz y tranquilidad durante el recorrido.