AGENCIA
CDMX.- La historia de hoy: cómo exagentes de la DEA crearon empresas legales y con sus contactos adentro, lograron sacar expedientes, nombres de informantes y después, tomaron la decisión de ofrecérselos a los cárteles mexicanos a cambio de 70 mil dólares.
La historia de Manuel Recio, un veterano agente de la DEA, es el claro ejemplo de cómo los narcotraficantes llegaron a los círculos de poder e información más importantes y confidenciales de ese país.
Recio no fue el típico jubilado creo la empresa Global Legal Consulting, la cual brindaba servicios de investigación privada a abogados defensores penales y también ayudaba a reclutar clientes.
Además, Recio ofrecía un servicio VIP: en contubernio con otro agente de la DEA en activo, Juan Constanzo, sacaron información de los sistemas de la agencia, y como con “dinero baila el perro”, le dieron aviso a sus clientes de las investigaciones abiertas en su contra, identidades de otros acusados e incluso la fecha en que éstos serían arrestados.
De hecho a la DEA y al FBI así se le fueron varios arrestos.
Lo hicieron a través del Sistema de Información de Narcóticos y Drogas Peligrosas de la DEA (NADDIS, por su sigla en inglés), una herramienta que contiene información sobre personas que están o han estado bajo investigación. Fue así que Recio reclutó a sus nuevos clientes.
La intercepción de llamadas revela que entre los clientes VIP de los agentes de la DEA, estaban los narcotraficantes mexicanos, “objetivos” de la Agencia Antidrogas.
—Costanzo: Oye
—Recio: ¿Qué pasa mi amigo?
—Costanzo: Es un agente de la DEA amistoso.
—Recio: Oh
—Recio: Ah, ¿y quieres trabajar con ese tipo?
—Costanzo: Sí.
—Recio: Bueno.
—Constanzo: Sí, pero tranquilo… Déjame llamarlo.
—Recio: No, no, no lo queremos llamar todavía. Es (información) para alguien con quien podemos trabajar, es un mexicano objetivo (de la DEA).
Según estas llamadas, la idea de Constanzo y Recio era negociar con un compañero en activo de la DEA para que los ayudara a conseguir información para un cliente mexicano, que era uno de los objetivos de la Agencia Antidrogas.
Y bueno que les cuento de las fiestas que gozaron a cambio de información con prostitutas, drogas y otras cosas.
El año pasado encarcelaron a un agente de la DEA había recibido dinero de un narcotraficante de Costa Rica, según nadie se había dado cuenta de sus actividades ilícitas hasta que llegó en un Lamborghini a su casa en Miami, entonces México y Estados Unidos agarraron dinero, es lo mismo pero de otro color.
Cómo dicen “en todos lados se cuecen habas”. Es un tema que solo la sociedad en su conjunto lo debe resolver.
Aunque no sorprende; actualmente existen grupos dentro de las Fuerzas Armadas que brindan información sobre operativos; información que muchas veces conlleva a emboscadas y asesinatos de militares.
Por eso el juicio contra García Luna se sigue posponiendo, y así seguirá hasta llegar a un acuerdo, para que no salga toda la basura en la que está metida la DEA.
¿El problema? El sistema sociopolítico en el que esos agentes saben que para ganar alguien tiene que perder, les hace ser insensibles ante el valor de la vida, ponen un precio y de eso un estilo de vida en el que para mantener su estatus hay que reincidir.
Esto es un secreto a voces, hay delincuencia e impunidad de ambos lados, pero para no perder la bonita costumbre de los “gringos” los malos pueden ser “todos” menos ellos.
Cada vez suena más lógico que la guerra contra las drogas debió llamarse “La Guerra por las Drogas”. El control de ese negocio peleados entre cárteles amigos de la DEA y carteles amigos del gobierno Mexicano.
Lo dijo John Mcafee cuando donó computadoras con spyware al gobierno “gringo”, encontró que ellos son los mayores traficantes no solo de drogas, sino de personas en el mundo. Dejemos de hablar de cárteles como algo independiente y opuesto a los gobiernos, ellos lo son.