Este martes, el Ejército de EE.UU. confirmó que realizó una serie de bombardeos en Siria contra instalaciones de almacenamiento de armas y logística de grupos milicianos respaldados por Irán. La acción fue una respuesta directa a un reciente ataque con misil lanzado contra el personal estadounidense en la Base de Patrullaje Shaddadi, ubicada en el noreste de Siria.
El Comando Central de EE.UU. (Centcom) informó que, aunque no se especificó cuándo ocurrió el ataque, ninguna instalación de EE.UU. resultó dañada y no se registraron heridos entre las fuerzas estadounidenses ni sus aliados. En su comunicado, Centcom subrayó que los bombardeos tienen como objetivo “degradar la capacidad de los grupos respaldados por Irán para planificar y lanzar futuros ataques contra las fuerzas estadounidenses y de la coalición”.
El general Michael Erik Kurilla, comandante de Centcom, destacó en el comunicado que “los ataques contra el personal estadounidense, las fuerzas asociadas y las instalaciones no serán tolerados”, reiterando el derecho de EE.UU. a defenderse de agresiones.
Este ataque aéreo se produce un día después de que EE.UU. llevara a cabo otro bombardeo en Siria, alcanzando nueve objetivos vinculados con grupos respaldados por Irán, como respuesta a varios ataques previos contra personal estadounidense en la región.
La presencia militar de EE.UU. en Siria sigue siendo una pieza clave en la lucha contra el Estado Islámico (ISIS), un grupo que, aunque debilitado, sigue representando una amenaza en la región.
Este reciente aumento de tensiones refleja la compleja situación en Siria, donde las fuerzas estadounidenses y sus aliados continúan enfrentando desafíos tanto de grupos extremistas como de actores estatales, como Irán.