El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, anunció este sábado que Estados Unidos ha establecido “contacto directo” con Hayat Tahrir al Sham (HTS), el grupo islamista que lidera la coalición rebelde que tomó el poder en Siria, a pesar de que se le considera un “grupo terrorista”. Esta declaración fue realizada tras participar en conversaciones sobre Siria en Aqaba, Jordania.
“Estuvimos en contacto con HTS y otras facciones”, indicó Blinken, añadiendo que este contacto directo tiene, en parte, el propósito de buscar a Austin Tice, periodista estadounidense secuestrado en 2012 durante el inicio de la guerra civil siria.
Un cambio en la dinámica del conflicto
La caída del presidente sirio Bashar al Asad el pasado 8 de noviembre marcó un punto de inflexión en la prolongada guerra civil en Siria. La ofensiva liderada por HTS puso fin a más de cinco décadas de represión bajo el régimen de la familia Al Asad. Ahora, Estados Unidos y otras potencias occidentales enfrentan el desafío de equilibrar las relaciones con un grupo que históricamente ha sido vinculado al terrorismo.
Blinken explicó que las conversaciones en Aqaba incluyeron a altos diplomáticos árabes, europeos y representantes de Turquía, el principal apoyo de los grupos rebeldes. “Acordamos que el proceso de transición debe ser liderado por los propios sirios, lo que llevará a un gobierno inclusivo y representativo”, destacó el secretario de Estado, enfatizando la necesidad de respetar los derechos de todos los ciudadanos sirios.
La postura de HTS y el futuro de Siria
Aunque HTS fue designado como grupo terrorista por sus raíces en la rama siria de Al Qaeda, su líder, Abu Mohamad al Jolani, afirma haber roto con el yihadismo. Desde su ascenso al poder, Jolani ha adoptado un discurso conciliador, prometiendo instaurar el estado de derecho y garantizar los derechos de todos los sirios. No obstante, esta clasificación sigue obstaculizando las actividades humanitarias y económicas en el país.
Turquía, por su parte, reabrió el sábado su embajada en Damasco, cerrada desde 2012, marcando un giro en sus relaciones con el nuevo gobierno liderado por HTS. Sin embargo, la incertidumbre persiste debido a los bombardeos israelíes en Siria, que han aumentado tras la caída de Al Asad.
Preocupaciones internacionales
Israel lanzó más de 60 bombardeos en menos de cinco horas el pasado sábado, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), sumando un total de 446 ataques desde diciembre. HTS ha denunciado estas incursiones, pero reconoce que el país está demasiado agotado para entrar en un nuevo conflicto armado.
Mientras tanto, Estados Unidos evalúa si levantar la designación de grupo terrorista a HTS, un movimiento que podría facilitar la ayuda internacional y estabilizar la región antes del regreso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca en enero.
La reconstrucción de un país devastado
La guerra civil en Siria ha cobrado más de medio millón de vidas y desplazado a más de seis millones de personas. La caída de Al Asad ha despertado esperanzas de un nuevo comienzo, aunque los desafíos son inmensos. La comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos, deberá decidir cómo abordar esta nueva etapa, buscando un equilibrio entre el respeto a los derechos humanos y la lucha contra el extremismo.