Un estudio de la revista New England Journal of Medicine sugiere que el uso de mascarillas podría estar reduciendo la gravedad del virus y creando inmunidad, al igual que hacen las vacunas.
El uso de mascarillas podría estar creando inmunidad a la COVID-19 de manera indirecta. También podrían favorecer el contagio de un menor número de personas, así como la aparición de síntomas más leves tras el contagio.
La afirmación es sorprendente, pero la explicación es totalmente lógica. El SARS-CoV-2 tiene la capacidad de causar innumerables manifestaciones clínicas, que van desde la ausencia total de síntomas, hasta neumonía, síndrome de dificultad respiratoria aguda y muerte.