La Habana.- Cubanos a punto de abordar vuelos con rumbo a Estados Unidos celebraban la entrada en vigor el lunes de una nueva ley migratoria que facilitará los viajes al extranjero, una medida considerada histórica y que podría poner presión por un mayor entendimiento entre los viejos enemigos.
A partir del lunes, la mayoría de cubanos podrá viajar al extranjero sin tener que cumplir con costosos y molestos trámites como el permiso de salida y la carta de invitación, impuestos por el Gobierno comunista durante décadas para protegerse de la masiva emigración y del “robo de cerebros”.
Con pasaporte y boleto en mano, muchos cubanos llegaron al aeropuerto José Martí de La Habana para tomar vuelos chárteres rumbo a Florida, Estados Unidos, destino de varios éxodos masivos y donde viven más de un millón de cubanos y sus descendientes.
Cuba y Estados Unidos son enemigos ideológicos desde poco después de la revolución liderada en 1959 por el ex presidente Fidel Castro. En períodos más tensos se han visto afectados los viajes familiares entre las dos orillas del Estrecho de Florida.
El cambio en la legislación migratoria anunciado en octubre es considerado una de las reformas más populares entre las más de 300 impulsadas por el Gobierno de Raúl Castro, en su intento por reflotar una economía que ha tenido que abrirse al sector privado y a transacciones comerciales limitadas por años.
La ley da luz verde a los viajes al extranjero de los menores de edad, establece un mecanismo formal para la repatriación de emigrados y admite el regreso temporal de cubanos que salieron ilegalmente de la isla o que han sido considerados desertores por abandonar sus misiones oficiales en el extranjero.
También extiende de 11 meses a dos años el tiempo de estancia en el extranjero sin perder los derechos y bienes en Cuba, permitiendo que muchos puedan salir del país a trabajar y estudiar para luego retornar a la isla, algo impensado en el pasado.
AGENCIAS