Podrán disfrutar de todos los lujos de la fama y la fortuna ahora, pero sus vidas no siempre fueron tan glamorosas.
Sarah Jessica Parker ha descrito su infancia como digna de Dickens. Criada con subsidios de la asistencia social, Sarah recuerda la vida sin electricidad, Navidad y con las visitas de recaudadores de cuentas. Después de comenzar su carrera en Broadway en 1977.
Mariah Carey creció en una de las zonas más pobres de Long Island, Nueva York. La cantante fue descubierta por casualidad en una fiesta de Columbia Records y hoy es una de las artistas femeninas más exitosas, con una fortuna estimada de más de 500 millones de dólares.
Antes de que Justin Bieber se convirtiera en un hit de YouTube, el joven canadiense vivía por debajo de la línea de pobreza. Con su padre Jeremy en la cárcel por agresión, Justin fue criado por su joven madre soltera, Pattie, y dormía en un sofá-cama en condiciones que él mismo describió como ‘sucias’. En la actualidad, se calcula que su fortuna asciende a 130 millones de dólares.
Shawn Corey Carter creció en un complejo residencial público en Brooklyn, Nueva York. El rapero admitió haber vendido drogas cuando era adolescente, además de dispararle a su hermano mayor en el hombro para robarle sus joyas cuando tenía 12 años. En la actualidad, Shawn es más conocido como Jay Z y es una de las estrellas del hip-hop más ricas del mundo, con una fortuna estimada de 500 millones de dólares.
Leonardo DiCaprio creció en la pobreza en el barrio Los Feliz en Hollywood, rodeado de criminales, drogadictos, prostitutas y violencia, mientras que su madre tenía varios trabajos para mantener a la familia. La vida cambió para ellos cuando Leonardo consiguió su primer papel en el programa de TV Parenthood en 1990.
Demi Moore creció en un camping para casas rodantes en Roswell, Nuevo México, con un padre abusivo. Dejó la escuela a los 16 años para ser modelo, antes de mudarse a Hollywood para emprender la carrera de sus sueños en actuación.
La menor de catorce hermanos, Celine Dion nació en una familia franco-canadiense grande y pobre, aunque feliz, en Charlemagne, Quebec. Su gran oportunidad llegó cuando el manager musical René Angélil decidió rehipotecar su casa para financiar el primer disco de la cantante.
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