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ESTRELLA APAGADA

Superiberia

que se promocionó como el Bronco veracruzano no lo era tanto y el tiburón que se comería a dentelladas a los otros políticos resultó ser un charal. El cordobés Gerardo Buganza Salmerón se retiró de la contienda electoral por la gubernatura, en la que participaba como supuesto candidato 

independiente. Lo hizo a bocajarro, de la noche a la mañana y por escrito, sin convocar a su estructura ni presentarse personalmente ante los medios de comunicación y sin, ni siquiera, colgar un video en las redes sociales como lo realizó al comenzar su proselitismo. Sólo envió una extraña — demasiado extraña— carta a la opinión pública.

 

En la decena de párrafos de ese texto, sólo un par de ellos aluden a su decisión asegurando que “no hay garantías de una contienda electoral democrática”. Vaya, parece que descubrió el hilo negro pues todo el mundo sabe que desde siempre en Veracruz los comicios no son equitativos sino elecciones de Estado. El señor Buganza lo sabía perfectamente sobre todo porque él mismo ya fue candidato a la gubernatura en el 2004. Sin embargo, más raro es el final de su misiva: “Honestidad y compromiso es lo que necesita Veracruz.  No hay asomo de estos elementos entre esa FAMILIA (las mayúsculas son del redactor), la mafia política y los partidos que pretenden seguir gobernándonos”, alega.

 

Y agrega inmediatamente: “El pueblo de Veracruz tiene alma; es incansable luchador, sabe enfrentar situaciones difíciles y en esta ocasión no se dejará ATOMIZAR”. Parece que se trata de mensajes cifrados, dirigidos a uno o unos actores del rejuego electoral. En sí, habla de que no fueron honestos con él ni cumplieron compromisos adquiridos, y ¡sorpresa!, retoma la palabra “atomizar” que según el diccionario es dividir en átomos, pulverizar, desintegrar, dispersar, fragmentar o vaporizar. Es decir, se queja de lo mismo que tenía como encomienda: atomizar el voto de la oposición.

 

No hace falta recurrir a los criptógrafos para entender el mensaje de Buganza Salmerón: se va porque sus patrocinadores no le cumplieron los acuerdos y lo dejaron al garete —colgado de la brocha, dirían en la colonia—. La función del cordobés era ser el ariete contra la alianza entre los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) y especialmente enarbolar los ataques contra el virtual candidato de la misma, Miguel Ángel Yunes Linares. Se le financió desde la fidelidad para, precisamente, atomizar el voto ciudadano de la coalición amarillo-azul.

 

¿Qué sucedió? Un mes después del 16 de julio del 2015, cuando renunció a la Secretaría General de Gobierno de la entidad y comenzó una precampaña como aspirante “independiente” a la gubernatura se hicieron mediciones demoscópicas y no creció en la intención del voto. Al mes siguiente fue lo mismo y así continuó sin subir en las encuestas. Pese al dinero inyectado a su promoción, en los seis meses no levantó expectativas entre el electorado por lo que sus contratistas decidieron que era una mala inversión y lo dejaron a la deriva. Es verdad, Buganza fue traicionado desde Barcelona por decirlo de alguna manera, aunque el mismo personaje lo prodigó de negocios y beneficios en los últimos 10 años. No puede quejarse.

 

El ex senador siempre fue un político utilitario. Le sirvió al PRI y a la fidelidad en el 2010 contra Yunes Linares y lo volvieron a utilizar hoy pero no cumplió las expectativas, ya no es un político atrayente electoralmente y entonces su utilidad menguó. Y no solo le cortaron el financiamiento, sino que cuando surgieron los conflictos por el abandono —dicen los bien enterados— y el cordobés amagó con escandalizar, vino el amago: una posible demanda judicial por malversación de fondos públicos.

 

La puntilla fue lanzada la primera semana de enero por el diputado local del partido fidelista Alternativa Veracruzana (AVE), Francisco Garrido, quien anunció que Buganza Salmerón tenía 45 días para comprobar el uso o devolver  14 millones 531 mil pesos que es el monto de las irregularidades detectadas por el Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) en la cuenta pública del 2014 y que corresponde al presupuesto manejado por la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas —de la cual era titular— para los Juegos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014.

 

El ‘apretón’ fue para aplacar el reclamo bugancista sobre el incumplimiento de los acuerdos bajo la mesa. Ahora Buganza se va, pero la indagatoria del Orfis ahí sigue por si las dudas, por si quiere mantener el debate con sus ex patrones. Así, tristemente se apaga la que fue una de las estrellas más brillantes en el firmamento de la fidelidad aunque eso no preocupa porque hay dos astros más que siguen encendidos: el también ex panista y también cordobés Juan Bueno Torio —quien parece que va por el mismo rumbo porque tampoco levanta ánimos entre los votantes— y el más reciente, el que está de moda, el más refulgente: Víctor Serralde Martínez —o como se llame en realidad este señor—.

 

La bolsa de financiamiento y los cariños del Gobierno estatal se volcaron hacia el ex diputado federal por Huatusco, quien es el infiltrado de la fidelidad al interior de Acción Nacional, no sólo buscando registrarse como precandidato —anoche vencía el plazo para hacerlo— sino para tratar de dividir internamente a la militancia blanquiazul, preparando un trabajo en contra desde el interior del partido y una eventual renuncia con la intención de llevarse consigo a algunos militantes. El patrocinio que tenía Buganza ahora lo goza Serralde, así es la vida, siempre hay otro más útil que arrebata. Es la lección que debe aprender el persignado cordobés, además de rezar mil Padrenuestros y diez mil Avemarías como penitencia por sus pecados políticos. ¿No creen?

 

NO ME AYUDES, COMPADRE…

 

Muchos —los ignorantes de la forma en que se aplica el quehacer electoral en México— festinan que la ex reina del Carnaval de Veracruz y diputada local con licencia, Ana Guadalupe Ingram, haya asumido la delegación estatal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en sustitución del ex alcalde de Coatzacoalcos Marcelo Montiel.

 

El argumento que esgrimen es sentimentalista, dando a entender que dicha encomienda fue ganada a pulso por servir de edecán en tantos eventos del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong a cuya sombra se fue a refugiar tras su derrota electoral del año pasado cuando buscó la diputación federal por el distrito de Veracruz Urbano.

 

Puede que la delegación de Sedesol sea un premio de consolación por esa derrota tan sonada y puede también que la señora Ingram haya logrado el nombramiento sin la ayuda del Gobierno estatal, con el cual —se dice— terminó distanciada. Empero, a la luz de los tiempos electorales, su llegada a Sedesol no solo es un error en la estrategia electoral sino un verdadero golpe hacia el mismo Yunes Landa y la lógica se desprende de una sola pregunta. ¿Cómo va a operar exitosamente la cosa electoral una persona que fue derrotada recientemente de forma vergonzante? Es decir, a Yunes Landa le incrustaron una mala operadora que hará el papel de aprendiz de mapache con la fama a cuestas de no lograr ni siquiera sacar adelante su propia postulación en el 2015. 

 

Así, la llegada de la también ex conductora de Telever a esa delegación que es, en la tradición de la política mexicana, uno de los sitios de operación electoral por excelencia, pareciera que la decidieron los enemigos de Yunes Landa. Ahora sí, como dice el clásico, no me ayudes, compadre… pues más útil le hubiera sido Marcelo Montiel al frente de la delegación de Sedesol, por ser un viejo mapache de doble garra, que la improvisada Ingram Vallines.

 

Una triste fama arrastra también a Veracruz, una tierra donde se rebasó el realismo mágico, como decía el escritor colombiano Gabriel García Márquez, y lo que predomina es el realismo trágico. Por eso también sería una verdadera tragedia que la Procuraduría General de la República (PGR) regrese a la justicia veracruzana el expediente de investigación sobre los cinco jóvenes que fueron víctimas de desaparición forzada por la policía en Tierra Blanca.

 

Según el padre de uno de los muchachos, funcionarios de la PGR le comunicaron que no hay la configuración de un delito federal y por eso dejarán a los funcionarios que se hagan cargo de las pesquisas. Pésima noticia pues si eso ocurre, hay que dar por hecho que no se localizará nunca a los jóvenes ni habrá justicia para ellos. No hay buenas nuevas para los familiares de los jóvenes de Playa Vicente ya que poner la indagatoria en manos de la justicia veracruzana es condenarla a no prosperar nunca. ¿Qué esperanza queda? Que se continúe la búsqueda de los mismos antes de que la PGR se deshaga del expediente. El pasado miércoles, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, Roberto Campa se reunió con los padres de los jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca, y eso aún con los parcos resultados de la búsqueda, es por lo menos una muestra de atención a su clamor. Lo hizo acompañado de Bravo Contreras.  

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