En paralelo a la elección de su nueva dirigencia nacional, que esta semana deberá vivir sus primeras jornadas oficiales, Acción Nacional realiza ahora la renovación de su Consejo Nacional en el marco de un proceso que, amén de confirmar que su actual administrador, Gustavo E. Madero, utiliza cuanta posibilidad se le ofrece para buscar garantizar su reelección, en el Distrito Federal, evidencia el (auténtico)estercolero en que sus dirigentes de turno han convertido al blanquiazul capitalino.
Ahí están, si no, las múltiples evidencias de lo ocurrido en asambleas delegacionales realizadas bajo consigna, utilizando un padrón disminuido donde, en contraste con la desaparición de muchos panistas tradicionales -que “desilusionados” por lo que viene ocurriendo al interior del partido optaron por no reafiliarse-, proliferan familias completas de las que, en no pocos casos, ni siquiera una dirección, un teléfono o un correo electrónico existe, pero de las que sí se tiene constancia de una suerte de “reafiliación en bloque”…
Apenas la pasada semana, en ese marco, José Luis Luege Tamargo, ex dirigente regional, legislador y cercano colaborador tanto de Vicente Fox como de Felipe Calderón, su sucesor, remitió una misiva a su dirigencia nacional en la que no sólo da cuenta de lo ocurrido en la elección de candidatos a consejeros en Magdalena Contreras, su delegación, sino que, con nombre y apellido, refiere cómo el presidente de la demarcación, Andrés Simón Díaz Aguirre, le hizo escuchar -vía el altavoz de su teléfono celular- cómo la diputada maderista Flor Pedraza le hacía notar que “en las delegaciones que (a ellos) les correspondieron”, sólo podían elegir a personas “afines a Gustavo Madero”, lo que luego ella misma le confirmaría sugiriéndole hablara con (Federico) Döring para buscar una respuesta a sus inquietudes… la que sólo recibió víamensajitos en los que el coordinador de la bancada blanquiazul en la Asamblea, le dejó en claro que postular al cargo de consejero a su secretario-chofer (el de Federico, obvio) “era decisión de su equipo y que él no podía hacer nada”.
En su misiva a Madero, el ex titular de la Conagua, la Profeco y de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, deja en claro su convicción de que acciones “concertadas como éstas” permiten el control de la mayoría de las asambleas (delegacionales y/o regional) a dos personas: Jorge Romero, el delegado en Benito Juárez, que en los últimos años ha logrado hacerse con el control absoluto del partido y de su dirigencia, vía Mauricio Tabe, y, sin duda, el propio Döring.
En paralelo al envío de la carta citada, Luege hizo llegar otra más a Tabe en la que, argumentando “razones personales y profesionales”, aunque no dice que por vergüenza también, le informa de su decisión de dejar de colaborar en el Gabinete (panista) de Agua y Medio Ambiente y en el de Movilidad, así como en el grupo que participa en los trabajos sobre la Reforma Política del Distrito Federal.
Un estercolero (azul), ni más ni menos…