ORIZABA.- José Márquez Balderas, alias El Chichi, y Felipe Santana Hernández, alias El Felino, jefe de plaza y lugarteniente de Los Zetas en Orizaba, muertos a tiros el jueves en la madrugada, habían sido amenazados apenas el pasado viernes 7 de agosto, a través de mantas colgadas en puentes de la región.
Como informó oportunamente EL BUEN TONO, la mañana de ese día aparecieron en Córdoba, a la altura del kilómetro 288 de la autopista México-Veracruz y sobre el bulevar Córdoba-Fortín, sendas mantas, así como una más en las calles Lázaro Cárdenas y 16 de Septiembre, de la colonia Cidosa, en la Zona Industrial de Orizaba, firmadas por miembros de los cárteles de Sinaloa, Jalisco y Nueva Generación.
Su emisión se dio como respuesta a diversas movilizaciones en contra del Mando Único, efectuadas el día anterior por parte de taxistas en la ciudad de Córdoba. En dichas mantas se advirtió de una “limpia” de taxistas: “Ahora sí, ya los identificamos, todos ustedes taxiztas mugrozoz, pirataz que trabajan para los Zetas”, decían las mantas confiscadas por las corporaciones de seguridad.
Asimismo, mencionaron varios apodos de jefes delictivos, entre ellos, los de los ultimados El Chichi y El Felino.
Además señalaron al Junior, Picoreta, Viky, Momia, Villa, Lacra, Cachorro, Chito, Pájaro, Payaso y Álvaro de ser quienes encabezaban las manifestaciones contra el Mando Único. En otro, párrafo sentenciaron: “Queremos conocer también a los reporteros de los medios informativos que trabajan para ustedes”.
Entre los abatidos la madrugada del jueves se encontró el reportero Juan Santos Carrera.
Por otra parte, tras los sucesos ocurridos la noche del pasado miércoles 12 de agosto, en donde un grupo armado irrumpió en el bar La Taberna, de Orizaba, para acribillar a balazos a cinco miembros de una organización delictiva, así como a un ex reportero de Televisa Veracruz (Telever), elementos de las fuerzas del orden como Mando Único, Fuerza Civil, Secretaría de Marina (Semar) y Ejército Mexicano, además de la Policía municipal, se dieron cita en las inmediaciones del antro con el fin de buscar pistas que los lleven a capturar a los vicarios.
Posterior a la masacre se conoció que dicho grupo armado al huir del lugar se enfrentó a tiros con elementos de la Fuerza Civil, en donde dos miembros de los guardianes del orden estatal resultaron heridos, y de esta forma los delincuentes pudieron escapar a bordo de dos automóviles en los que habían arribado a las inmediaciones del bar.
Hasta el día de hoy, las identidades de los criminales continúan sin ser ubicadas, ya que no se logró la detención de ninguno, lo que torna el caso aún más difícil para llegar a dar con su paradero.
Se sabe que las investigaciones siguen su curso, toda vez que los elementos de dichos organismos de seguridad continúan en busca de las pistas que los lleven a la captura y aseguramiento de los asesinos.