La extinción del rinoceronte lanudo Coelodonta antiquitatis hace aproximadamente 14 mil años probablemente no se debió a una excesiva caza por parte de los humanos, sino a un cambio climático en el extremo noreste de Eurasia, según determinó un estudio publicado este jueves en la revista Current Biology.
Los autores llegaron a esta conclusión después de realizar un meticuloso análisis de los genes extraídos de los restos de 14 ejemplares del desaparecido herbívoro extraídos del permafrost en dos regiones de Lejano Oriente ruso. El ADN de cada ejemplar se pudo recuperar solo parcialmente, pero el de su pariente vivo más próximo, el rinoceronte de Sumatra (que se encuentra actualmente en grave peligro de extinción), ayudó al equipo internacional de científicos a reconstruir sus genomas en su integridad.
La comparación de información genética permite tanto esclarecer el origen de las especies como determinar, dentro de cada una, lo numerosa que era su población y si esta tuvo oportunidad de cruzarse con otras poblaciones.