Mexico.- Es la hora de la comida y la salsa está lista para hacerse tacos de huevo con ejotes. Entre lonas, carpas y casas de campaña, algunos de los maestros disidentes, la mayoría de ellos de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación de Oaxaca, están acostados o sentados en espera de las indicaciones que les den sus dirigentes.
Cobijas, cartones, bancos, anafres, botellones de agua, canastas con comida e incluso ropa interior secándose al sol, los rodea.
Se juntan para comer lo que han preparado sus compañeros y que es producto de una cooperación monetaria entre todos, que les permite acudir a los mercados cercanos.
Ellos también quieren irse ya a sus comunidades, pero aseguran que eso sucederá hasta que el gobierno y los legisladores cumplan sus exigencias, a las que califican de válidas.
“Lamentamos afectar a terceros, para nosotros no es fácil estar aquí y cerrar las calles, pero tenemos que hacerlo para manifestar el sentir, nuestras necesidades; la sociedad critica esa parte, pero no se han puesto en el lugar de nosotros.
Una disculpa a la sociedad porque no es la intención violentar nada, sino es la intención de manifestar y que vean a las comunidades”, dice la profesora Magali López Ojeda.
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