En una impresionante demostración de la furia de la naturaleza, el Volcán Fagradalsfjall, en el suroeste de Islandia, entró en erupción esta semana, desatando ríos de lava que serpentearon colina abajo hasta estallar en fuentes de roca fundida roja y dorada.
Ubicado cerca del pequeño pueblo pesquero de Grindavík, a solo 50 kilómetros de la capital, Reikiavik, la erupción pintó el cielo lleno de humo con el resplandor impresionante de la roca fundida. Aunque la erupción comenzó el lunes por la noche, no tomó por sorpresa a la comunidad local, ya que la zona ha estado activa durante dos años, marcada por miles de pequeños terremotos que anunciaban el casi seguro despertar del volcán.
El personal de protección civil se encuentra en alerta máxima, bloqueando el acceso a la carretera que lleva a la montaña y sobrevolando en helicóptero los flujos de lava para vigilar la actividad volcánica y garantizar la seguridad de los residentes.
En un giro especial, la erupción coincide con el solsticio de invierno, un momento en que Islandia experimenta apenas tres horas de luz solar al día. A pesar de las condiciones invernales, residentes y curiosos se congregan a una distancia segura para presenciar este espectáculo natural, iluminando el oscuro cielo islandés.
La erupción del Volcán Fagradalsfjall no solo subraya la majestuosidad y la fuerza de la naturaleza, sino también la resilencia de la comunidad islandesa que, en medio de la oscuridad invernal, encuentra belleza en este fenómeno natural único. 🌋✨ #ErupcionVolcanica #Islandia #EspectaculoNatural