CDMX.- De nueva cuenta la decisión de un juzgador genera críticas y dudas sobre la efectividad del nuevo Sistema Judicial Acusatorio. L liberación de escoltas del hijo de un líder criminal es el más reciente episodio donde se subrayan los huecos y debilidades del llamado “debido proceso”. La curva de aprendizaje está resultando demasiado costosa.
Llama sin duda la atención del criterio aplicado por la jueza de control del Centro de Justicia Penal Federal del Reclusorio Sur, María Elena Cardona Ramos, quien resolvió liberar a cinco de los seis escoltas de Dámaso López Serrano, alias El Mini Lic, hijo de Dámaso López operador del Cártel de Sinaloa.
Estos fueron detenidos la semana pasada en la Ciudad de México y abandonaron ayer por la madrugada la prisión capitalina en la que se encontraban.
Los supuestos integrantes del Cártel de Sinaloa estaban en el reclusorio sur de la Ciudad de México, luego de su detención por elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC), así como del Ejército y la Marina.
Los agentes federales lograron el aseguramiento de cinco personas identificadas como: Ramón Arrellanes Almazán, Juan Enrique Rodríguez Acosta, Trinidad Francisco, Jesús Alejandro García Parra, y Jorge Tovar Calleros, El Güero o El Ingeniero.