AGENCIA
ORIZABA.- Por las principales calles de la localidad Buenavista, en Ixtaczoquitlán, fue llevado hacia su última morada por su familia, amigos y compañeros de algunas delegaciones, Carlos Rivelino Votte Ochoa,
luego de que falleciera el 29 de septiembre pasado.
A las 11:00 horas, el ataúd fue sacado de su domicilio, posteriormente el cortejo fúnebre caminó por las principales calles e hizo una parada en el Campo Ejidal, en donde por muchos años Carlos Rivelino jugó fútbol, aunque últimamente solo le gustaba disfrutar los encuentros.
Posteriormente, la caravana encabezada por dos motopatrullas y dos vehículos oficiales de la Delegación de Tránsito, se trasladó por la carretera estatal Lezama-Sumidero hasta llegar al Cementerio Ejidal de Buenavista.
En ese sentido, entre porras, lágrimas y aplausos, fue despedido e inhumado el cuerpo del delegado Votte Ochoa, mientras que la banda de viento y el mariachi tocaban melodías que en vida fueron de su agrado. Ante esa situación, la mayoría se conmovió.