Querétaro.- El rugido del motor de un automóvil a toda velocidad interrumpe el silencio que usualmente reina en los amaneceres de la Sierra Gorda de Querétaro. La Carrera Panamericana comenzó en su Aniversario 30 con esa inigualable mezcla entre la nostalgia que evocan los autos clásicos mejorados con una buena ayuda de la tecnología y los verdes paisajes mexicanos.
A la Panamericana se llega desde temprano. Madrugar es obligatorio para quienes buscan la mejor vista antes de que las autoridades cierren las carreteras para dar paso a la competencia.
Con silla de plástico y una cobija o hasta una hielera repleta de cervezas, los queretanos presenciaron el comienzo del 30 Aniversario de esta carrera, que por segunda ocasión dio inicio en ese Estado.
Quienes se dan cita para presenciar algún tramo de esta competencia de 3 mil kilómetros de longitud entre los estados de Querétaro, Puebla, Ciudad de México, Michoacán, Ganajuato, San Luis Potosí, Zacatecas y Durango, no dudan en fotografiarse con algún piloto o en pedirles un autógrafo sin saber siquiera su nombre.
Entre los autos se aprecian desde un Volkswagen Sedán, pasando por un Studebaker, LT, MG, Hudson Hornet y hasta Porsche, la marca predilecta por los competidores. Algo poco visto entre los diversos seriales del mundo.
Pero para completar la lista de razones por las que la Pana se ha mantenido vigente por tres décadas falta echar un vistazo al paisaje, pues es la geografía nacional otra buena razón para entender el éxito de esta competencia.
La Carrera Panamericana 2017 tiene pilotos procedentes de Alemania, Estados Unidos, Austria, Suecia, Brasil, Suiza, Finlandia y México.
