México.- El derribo de un helicóptero del Ejército el pasado viernes 1, en Jalisco, no impactó a un simple cuerpo militar que “realizaba reconocimientos”, como informó la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ese día. En la aeronave viajaba un Grupo de Fuerzas Especiales: una unidad de élite entre las unidades de élite. Se trataba de la agrupación conocida en el medio castrense como “el GAFE (Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales) del Alto Mando”.
Militares de alto entrenamiento cayeron por ataque del cartel de Jalisco.
El Cártel de Jalisco Nueva Generación golpeó, pues, no sólo una aeronave militar, sino a lo más granado de las fuerzas especiales, es decir, a los soldados entrenados en las academias más prestigiosas del mundo, lo mejor de lo mejor de las Fuerzas Armadas, según jefes militares consultados por Proceso.
El GAFE del Alto Mando realiza las operaciones de enorme riesgo e impacto, mientras que otros cuerpos especiales o agrupamientos de las diferentes armas (caballería, infantería, artillería, etc.) prestan apoyo táctico en acciones coordinadas.
Esa unidad suele ser la encargada de capturar a los grandes capos del crimen organizado y tiene la capacidad para enfrentarse a escoltas que poseen un inmenso poder de fuego. Inclusive, en ocasiones ha sido enviada a detener a integrantes del Ejército que han cometido delitos, pero que son queridos y apoyados por las tropas. Su fama es tal que cuando oficiales y jefes de otras fuerzas especiales hablan de ellos, lo hacen con una mezcla de miedo y admiración.
Pocos saben quiénes integran el grupo, y el Ejército jamás ha divulgado los operativos en los que participa.
El cuerpo no revelado
De acuerdo con las fuentes militares consultadas, el GAFE del Alto Mando sólo responde al comandante supremo de las Fuerzas Armadas, es decir, al presidente de la República, así como al secretario de la Defensa y al comandante del Cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército y Fuerza Aérea Mexicana, el general Miguel Ángel Aguirre Lara.