Los líderes de los países del G8 se encuentran reunidos en Irlanda del Norte para su reunión anual, en el marco de la presidencia asumida por el Reino Unido en enero de este año.Enrique Peña Nieto participa en la Cumbre en calidad de invitado especial.
Es una reunión importante, con una agenda específica que ha sido delineada por el anfitrión, el primer ministro David Cameron. La propuesta central se basa en lo que Cameron define como las 3T, por sus siglas en inglés: Tax, Transparency, and Trade. Impuestos, transparencia y comercio.
El reto más grande del G8, a decir del Primer Ministro, es restablecer el crecimiento fuerte y sustentable de la economía mundial. En un artículo publicado hace unas semanas en el Wall Street Journal, Cameron reconoce que en momentos complicados la tentación de establecer barreras comerciales y medidas proteccionistas es grande, pero afirma a la vez su convicción de que ese no es el camino adecuado. Al contrario: el comercio no es un juego de suma cero en el que el éxito de una nación implique la derrota de otra. Un acuerdo de libre comercio entre Europa y Estados Unidos significaría un incremento para la economía británica de diez mil millones de libras esterlinas, mientras que para la estadunidense podría representar un incremento de hasta 63 mil millones de libras. El resto del mundo se beneficiaría también, con ganancias hasta de 100 mil millones de libras. El interés de México en que esto suceda es evidente y claro, y más aún si se considera que, si los países pertenecientes al G8 completan los acuerdos comerciales que tienen pendientes, el incremento en la economía del mundo entero sería de más de un millón de millones de dólares, lo que en la “escala corta” utilizada por los países anglosajones se conoce como un trillón. El impulso a la economía mundial sería brutal.
En este contexto, Cameron advierte que la mera generación de riqueza no es suficiente para terminar con la pobreza de las naciones. Es necesario que las naciones más poderosas encabecen esta lucha a base de liderazgo político, tal y como lo dijo en su discurso del sábado pasado. Esta es la razón primordial para proponer la agenda de las 3T: de acuerdo con su perspectiva, la pobreza no podrá erradicarse a menos de que los países en vías de desarrollo obtengan los ingresos y los beneficios del crecimiento, y que les corresponden por derecho propio. Esto no podrá conseguirse a menos de que existan impuestos más justos, mayor transparencia y se incremente el comercio.
La presidencia británica del G8 buscará llegar a acuerdos internacionales que impidan la evasión fiscal. Esto significaría el intercambio automático de información entre las autoridades fiscales nacionales, para que quienes evaden impuestos no puedan esconderlos en ningún lado. Así, la opacidad en la propiedad de las compañías y los beneficios que reportan quedaría prácticamente terminada.
Cameron también se refiere a la transparencia en los pagos realizados por el sector privado y los ingresos gubernamentales. Al efecto, utiliza un ejemplo que en nuestro país es dolorosamente cercano: ¿Qué pasaría, en Reino Unido, si las operaciones relacionadas con las empresas petroleras no fueran transparentes? Los ingresos del petróleo serían aprovechados, en vez de por la nación, por políticos corruptos y las propias compañías. En México, el nombre de Romero Deschamps salta de inmediato a la memoria, así como los de los líderes sindicales y dirigentes que se han hecho multimillonarios de la noche a la mañana sin consecuencia alguna. La transparencia podría terminar con todo esto.
Así, políticas fiscales más justas e incluyentes, y el incremento en la transparencia tanto a nivel público como privado, podrían terminar con la corrupción. Pero se necesita un motor de crecimiento económico, que en este caso serían los acuerdos comerciales interregionales: la tercera T del plan de Cameron.
Esta es, a grandes rasgos, la agenda que propone el Reino Unido para la cumbre del G8 que se desarrolla hoy y mañana. Se trata de tener las empresas adecuadas, los impuestos adecuados, y las reglas globales adecuadas que garanticen que la apertura deseada reporte los beneficios debidos tanto a los países pobres como a los ricos.
Enrique Peña Nieto se encuentra en la cumbre del G8 como invitado especial. Es un momento interesante, dado que muchas de las propuestas que ha realizado para nuestro país, desde el inicio de su mandato, se encuentran alineadas con la agenda que plantean los británicos. Es de esperarse que esta visita rinda frutos tanto en lo económico como en lo conceptual, y que no olvide lo que su anfitrión plantea como indispensable: para que las 3T funcionen es necesario que exista un verdadero liderazgo político. Y en nuestro país, como también dice Cameron en referencia al G8: “too often in the past this has been missing”.