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Entrevista a Rosa Matilde Jiménez Cortés

Superiberia

Mi adolescencia fue una etapa de revelación. Toda bondad depositada en mí –amor, inteligencia, talento, belleza– debía ser metamorfoseado en algo en ese entonces desconocido. Consciente que la materia se encuentra sometida a constante cambio, hice de mí cuerpo un campo de exploración y análisis, teniendo en el arte la forma y el medio. El proceso, aunque doloroso e incierto, me hizo valorar cuestiones como la soledad, el tiempo, la distancia, el espacio, el silencio, la noche y el día; el reposo, los olores y temperatura corpórea, los sonidos del más allá, las voces de mi alma, los paisajes de mi mente y todo aquello que es reflejo e imagen.    

  

  Estando en ese punto o trance armónico, decidí invertir mi tiempo a largo plazo sin esperar un beneficio concreto, generado a partir de mi obra. Renunciar al mundo y sus complacencias, no es un planteamiento que llevaré hasta sus últimas consecuencias, sólo me sirvo de ello para conocer otros aspectos de la condición humana… 

Alberto Pousa Torres: Para entender una época o una nación, debemos comprender su filosofía; hay una conexión causal recíproca. Las circunstancias de las vidas humanas influyen mucho en su filosofía y, viceversa. La filosofía determina las circunstancias nos dice Bertrand Russell. ¿Qué destacarías o cambiarías en el plano social y político actual de México?

Rosa Matilde Jiménez Cortés: El corazón de una nación es su pueblo y en México laten millones de ellos manteniendo viva esta patria tan rica en esencia.

Me referiré a la educación elemental. Siendo el punto de partida a cualquier otro ámbito, el sistema educativo carece de programas enseñen cómo desarrollar las capacidades creativas e inteligencia emocional. Hay un vacío estructural en los modelos educacionales respecto a la forma de integrar los elementos de los cuales dispone. Una educación neurolingüística facilitaría el desarrollo y madurez de las emociones, a la par de un pensamiento equilibrado y coherente.

  Sin menoscabar ningún logro, y si lo que se busca es ir a la par de otros países, habrá que buscar nuevos modelos de educación y aprendizaje. La imaginación como herramienta indispensable en cualquier área, tras haber moldeado las emociones. 

La excelencia es resultado de un pensamiento estructurado en base a disciplina, constancia, compromiso, conocimientos, objetivos definidos, ideas sólidas, ejercer los derechos en función a obligaciones, planeación y desarrollo de ideas; alcanzar el éxito no debería ser la meta. El proceso creativo es una herramienta a descubrir, decía mi padre.

  Ahora bien, busco responder tu pregunta desde un aspecto que considero la parte medular de toda estructura social: la educación. Quizá así entender razones (sin pretender abarcar todas) como posible causa del resquebrajamiento actual. He planteado así lo que a mi juicio cambiaría, sin mencionar aspectos como la familia.

En México, la mujer tiene un papel preponderante en el núcleo familiar. Debo aclarar que conceptualmente, lo considero un modelo fallido. Es ella, la mujer, la que nutre desde sus entrañas ideas y conceptos heredados en el tiempo, desarrollando roles y patrones de conducta, que más tarde, se vuelven en su contra. 

Acostumbrados a vivir en desgracia perpetua, el mexicano parece haber adoptado el dolor como algo natural, desarrollando inmunidad a él. Dos aspectos negativos/positivos a resaltar serían: 

El fracaso se justifica aún antes de haber llevado a cabo la acción y conocer el resultado. / El pensamiento mágico de un pueblo libre maniatado por la ignorancia, que pone en manos del destino, la religión y la política de un gobierno, su fe y esperanza pidiendo más tarde, una caridad por amor a Dios, pero cuando ve que se lo lleva la fregada, de sí mismo hace mofa y hasta se parodia; (no es un chiste). / La grandeza del mexicano estriba en su generosidad, ingenio y espíritu de lucha ante la adversidad. Es solidario y siempre tiene un abrazo fraterno qué ofrecer. / La esperanza es un acto de fe, sí, pero… ¿Cuánto más habrá de resistir el mexicano cada latigazo propinado por la mano que siendo padre y madre debería amarlo y protegerlo?

APT: ¿Cuáles son los límites y las posibilidades de la libertad humana?

RMJC: Los límites son personales en función de cada individuo y su formación. Las posibilidades son tan limitadas como libres, otra vez, en función de cada quien. Porque una cosa es que a través de la historia de la humanidad se hayan acumulado doctrinas filosóficas y religiosas que hablan sobre la libertad, y otra es de qué manera la hago valer, ejercer y hacer de ella un medio para hallar equilibrio entre mente, cuerpo y espíritu. 

APT: ¿Cómo compaginar la libertad y la naturaleza en el hombre? 

RMJC: Te diría que con responsabilidad pero de inmediato me arrepentiría. Rousseau por ejemplo, se consideraba un hombre bueno pero procedía mal, culpando de sus actos a la sociedad. Recuerdo aquella novela de A. J. Cronin El castillo del odio, donde la libertad de una familia estaba regida por la voluntad dominante del padre. Él imponía su criterio y deseos por encima de las necesidades de los demás; doble moral en la que escudaba sus actos en base a normas que la sociedad de su tiempo dictaba.

El precio a pagar por haber sido civilizados e impuestos una doctrina, ha sido perder la conquista por la libertad misma. Considero que la libertad no debería ser un fin a perseguir. El control de nuestros actos debería ejercerse libre de prejuicios, antes de alcanzar un estado de total independencia desde la limitada condición finita.

APT: ¿Podemos encontrar en tus planteamientos alguna referencia a las tesis de Freud?

RMJC: Que yo esté consciente, no. Cuando desarrollo un planteamiento estético no discurro en cuestiones ajenas a mí. El método que sigo consiste en prescindir de aquellos elementos que pudieran entorpecer mi capacidad deductiva llevándome al límite de la inoperancia. 

Estoy en el deber de pensar y actuar en consecuencia al trabajo realizado partiendo de mí; lo que yo soy aquí y ahora. Mi padre me enseñó que el mejor método de aprendizaje es prescindir de todo aquello impida fortalecer y madurar un criterio propio. 

APT: En esos espacios vacíos que se manifiestan en tu obra, esa frontera, lo oculto, la zona indeterminada de las cosas que nos inspira también un espacio de rescate como signo que descubre, que desciende hasta que nada tenga ya sentido. ¿Cómo encuentras la mejor forma de expresar el mundo exterior y cómo escoges los medios de expresión: vídeo, performance, pintura, poesía?

RMJC: En esos espacios en blanco y negro, la musicalidad del silencio desde la no-intención y el sin-sentido aparente, son algunas de las piezas del rompecabezas que me motivan a emprender la búsqueda, como puede apreciarse en la serie conceptual “Principio de Identidad”; palindromía del ser que encuentra su camino a través de roma77amor & amor77roma.

Al igual que un eje gira en torno a su centro, el motor que me impulsa a generar distintas propuestas desarrollando un mecanismo lúdico o lenguaje de creación, experimentación y análisis; es “Rosa Niña Guerrera”. Ella es arte y parte, de tal modo que revistiéndome de las distintas edades del tiempo, puedo moverme con facilidad entre mundos paralelos: los que habitan mi mundo subjetivo y convergen en la realidad y los distintos espacios que ella oculta.

Adecuar el medio a la forma no es tarea fácil, toda vez no se ha recorrido el estrecho que separa cada uno de los elementos integran el proceso creativo. El Yo ha de encontrar un lenguaje que lo identifique del Otro, lo cual implica un estudio y un uso de los materiales, es decir: la técnica. Todo “Yo” se enfrenta a la limitante tarea de elegir un lenguaje y una técnica. 

      Primera de 2 partes.

     ALBERTO POUSA TORRES 

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