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Entre zapatos, grasa y tinta la historia de vida de Lucy

Superiberia

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Córdoba.- Entre un banco, un recipiente con grasa, pintura, un cepillo para lustrar, así comienza el trabajo del bolero, quien no solamente es partícipe de la limpieza en el calzado de los ciudadanos, sino que forma parte de una plática con el cliente.

Pero no nos referimos a un hombre, a quien por lo regular vemos boleando zapatos, sino ahora se trata de una mujer, quien con su trabajo constante demuestra que todo trabajo es digno de admirarse.

Lucina Vega Enríquez, de 44 años edad, nos platicó cómo fue que encontró en la limpieza del calzado, su vocación para seguir adelante y mantener a su hijo para darle lo mejor.

“El 13 de septiembre del 2010 fue cuando trabajé de bolera en el parque 21 de Mayo por primera vez y fue entonces cuando descubrí mi vocación, porque ya es mi vocación”, expresó mientras lustraba unos zapatos de vestir de color negro.

Entre las varias personas que se han sentado en su silla para que Lucy, como ya es conocida, les lustre el calzado, destacan Juan Manuel  del Castillo, Erick Lagos y el ingeniero Guillermo Rivas, exalcalde de Córdoba.

Al preguntarle sobre quién ha sido el cliente más importante al que le ha boleado su calzado, ella respondió: “El cliente más importante al que le he boleado sus zapatos, es el que tengo en la silla, porque cada cliente para mí es importante”, expresó.

El trabajo de bolera es muy  esencial para Lucy, porque mencionó que de ahí ha podido mantenerse ella y su hijo de 15 años, para sacarlo adelante en sus estudios, pues quiere que sea un ciudadano preparado para tener mejores oportunidades de vida.

A las 7:00 horas es cuando Lucy empieza su jornada, en donde ella antes de salir de casa deja preparada la comida y así poder llegar al parque 21 de Mayo para atender a sus asiduos clientes.

Desde zapatos de piel, huaraches y tenis, todo tipo de calzado pasa por sus manos, pues ella sabe cómo hacer su trabajo y lo hace muy bien, ya que sus clientes tienen la confianza de dejarle encargado el calzado para que los lustre.

“No sólo mis clientes vienen a que les dé servicio de limpieza en su calzado, sino hasta me los traen desde sus casas para bolearlos ya que me tienen mucha confianza” explicó.

Lucy con nostalgia y a la vez con emoción y alegría, nos comparte lo bonito que es su trabajo pues desde grandes y hasta chicos llegan con ella para que les dé su ya acostumbrado “trapazo”.

“Uno de los recuerdos muy bonitos que tengo, es cuando vino un niño de seis años a sentarse en mi silla para que le boleara sus zapatos y cuando terminé mi trabajo el niño dijo asombrado: ¡Wow me los cambiaste a nuevos, muchas gracias!, fue en ese momento cuando más me gustó mi labor”, platicó emocionada Lucy.

Entre todas esas historias en donde sonríe al recordarlas, son las charlas  y hasta experiencias de vida de cada uno de sus clientes, pero sobre todo la satisfacción de dejar sus zapatos impecables, pues cómo ella lo dice: ¡No seré la mejor pero sí la que trata de esmerarse en la limpieza del calzado de los cordobeses!

Y así con el trapo y la grasa en mano, con los dedos impregnados de tinta para zapato, es como concluye el día Lucina Vega Enríquez, Lucy, como sus amigos le dicen, pues gracias a su trabajo honesto y leal para con los clientes, se ha ganado la admiración y confianza no sólo de los cordobeses, sino de extranjeros también, por ser un ejemplo de mujer trabajadora y honesta, con las ganas de enfrentar la vida con trabajo honrado para darle un buen ejemplo a su hijo, quien quiere que sea un profesionista para que obtenga un mejor trabajo.

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