ORIZABA.- El programa El Buen Fin es una engañosa mercadotecnia en la que participa el Gobierno, en el sentido de que adelantan parte del
aguinaldo para que los trabajadores se endeuden con la compra de productos que no tienen realmente descuentos, por ello, al menos siete de cada 10 compradores entrevistados a las afueras de tiendas y almacenes, dijeron salir decepcionados porque descubrieron que las cadenas comerciales incrementaron precios en los productos para que el consumidor pagara finalmente el costo real.
En tanto, algunos comerciantes del Centro Histórico que no vieron tan elevadas sus ventas comentaron que la reactivación económica no puede ser de manera artificial, se requiere hacer una política de fomento económico, con una estrategia industrial, que traiga consigo la reactivación de la economía y la recuperación del poder adquisitivo, obviamente con ello la elevación de la calidad de vida del ciudadano, y entonces sí que vengan todas las ofertas para que la gente aproveche este programa con resultados distintos.
Lo cierto es que la euforia sobre las compras la población la resentirá para el fin de año, una vez que pase el efecto y lleguen los reportes de pagos a las tarjetas de crédito, y lo adquirido iría a dar a las casas de empeño.
Agustín Ramírez Páez citó un ejemplo de que las ofertas no son tales, “en la empresa adquirimos una computadora hace un mes que nos costó 9 mil pesos, este fin de semana el mismo modelo de aparato lo exhibían con un importante descuento, pero obviamente costaba 12 mil pesos y con el descuentazo de El Buen Fin vale 9 mil pesos, por lo tanto en los hechos, los precios siguen siendo los mismos”.
Asimismo, enfatizó que todo el programa es una fantasía en donde la ciudadanía se engancha, “no son descuentos, son oportunidades de endeudamiento bajo una sombra de sensación de ahorro. No son reales, son puros engaños”, insistió.