AGENCIA
Autoridades del estado de Veracruz, a través de la policía ministerial, realizó excavaciones en un domicilio ubicado en el Fraccionamiento Las Brisas, al norte de la ciudad de Veracruz, donde se descubrió una fosa clandestina con posibles vínculos a un homicidio cometido hace casi 30 años.
El inmueble, que en la actualidad alberga una “Panadería Betísimo” en la Avenida Dr. Víctor Sánchez Tapia número 648, había sido el hogar de una familia a principios de la década de los noventa. En aquel entonces, una de las integrantes de la familia, Griselda “N”, desapareció de manera misteriosa. Recientemente, una denuncia dio lugar a la apertura de una carpeta de investigación sobre este caso.
El miércoles 18 de octubre, agentes aseguraron el lugar, lo que generó expectación entre los vecinos. Algunos de los residentes más antiguos expresaron que “era solo cuestión de tiempo” antes de que se investigara el caso. Los agentes de la policía ministerial comenzaron a usar herramientas como picos y palas para romper el piso del local y comenzar la búsqueda, aunque en ese momento la razón detrás de la excavación se mantenía en secreto, se especulaba entre los conocidos.
Alrededor de 1990, Griselda “N” y Ernesto “N” habían formado una familia y tenían dos hijas con una diferencia de edad mínima. Ernesto trabajaba en la zona de astilleros, mientras Griselda se ocupaba del cuidado de las niñas y el hogar.
Uno de los vecinos relató que un día, Griselda desapareció sin dejar rastro. Cuando se les preguntaba a las pequeñas sobre su madre, ellas respondían que “no sé dónde está, mi papá dice que se fue con un hombre a Xalapa”, y no se tuvo más noticias de ella.
Un par de años después, Ernesto rehizo su vida con una nueva pareja y, en consecuencia, vendió su casa para mudarse lejos del área norte de la ciudad. Mientras tanto, sus hijas crecían y el tema de la madre caía en el olvido.
Según los vecinos, parece que la hija menor, ahora una mujer adulta, decidió buscar la verdad sobre la desaparición de su madre, lo que condujo a la intervención de las autoridades.
Los trabajos de excavación llevados a cabo por la Fiscalía Especializada en Atención a Personas Desaparecidas se basaron en la teoría de que los restos de Griselda podrían haber sido enterrados en lo que solía ser su hogar, que actualmente es una panadería. Aunque algunos vecinos sugirieron que la búsqueda podría ser más efectiva en el patio trasero, la excavación se centró en la parte frontal del edificio.
Hasta el momento, las autoridad mantiene en hermetismo la información, pero de manera extraoficial se ha sabido que se encontraron restos óseos en la excavación, lo que podría estar relacionado con la madre desaparecida. Estos restos han sido enviados al laboratorio de análisis de la dirección de Servicios Periciales, ubicado en la ciudad de Nogales, para realizar los estudios correspondientes.
Se presume que las autoridades tienen ubicado a Ernesto, quien en la actualidad está en edad de recibir su pensión de Bienestar y podría vivir en una localidad en dirección a Soledad de Doblado.
