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Tijuana, B.C. y Mexicali, B.C.-En un alarmante descubrimiento que resalta la creciente crisis de drogas en Baja California, las autoridades forenses han identificado la presencia de fentanilo en uno de cada cinco cadáveres analizados en Tijuana y Mexicali. Este potente opioide sintético, que ha sido una de las principales causas de sobredosis en los últimos años en Estados Unidos, parece estar teniendo un impacto similar en esta región fronteriza de México.
Según el informe de las autoridades forenses, de los cuerpos examinados en los últimos seis meses, aproximadamente el 20% mostró rastros de fentanilo. Esta estadística ha generado preocupación entre los funcionarios de salud pública y los cuerpos de seguridad, quienes han intensificado los esfuerzos para combatir el tráfico y consumo de esta droga mortal.
El fentanilo, que es hasta 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más potente que la morfina, ha sido vinculado a un aumento significativo en las tasas de sobredosis en todo el mundo. En Tijuana y Mexicali, la droga se ha convertido en una amenaza cada vez más presente, afectando a diversas comunidades y dejando un rastro de devastación a su paso.
“Estamos enfrentando una crisis de salud pública sin precedentes,” afirmó el Dr. Alejandro Pérez, jefe del Instituto Forense de Baja California. “La presencia de fentanilo en tantos cadáveres es una señal alarmante de la magnitud del problema que enfrentamos. Necesitamos una respuesta coordinada y urgente para abordar esta situación.”
Las autoridades han señalado que gran parte del fentanilo que circula en la región proviene de laboratorios clandestinos que operan en México, así como del contrabando desde el extranjero. A medida que las organizaciones criminales buscan maximizar sus ganancias, el fentanilo se ha convertido en una opción preferida debido a su alta rentabilidad y su capacidad para ser mezclado con otras drogas.
En respuesta a esta crisis, las autoridades locales y federales han redoblado sus esfuerzos para interceptar los envíos de fentanilo y desmantelar las redes de distribución. Sin embargo, la lucha contra esta droga se complica por la naturaleza altamente adictiva del fentanilo y la facilidad con la que puede ser producido y distribuido.
Mientras tanto, las comunidades de Tijuana y Mexicali continúan lidiando con las trágicas consecuencias de esta epidemia de drogas. Los servicios de emergencia y las organizaciones de apoyo están trabajando incansablemente para brindar ayuda a las personas afectadas y para prevenir futuras muertes por sobredosis.
La situación en Baja California es un recordatorio sombrío de la necesidad urgente de abordar la crisis de opioides de manera integral, involucrando a todas las partes interesadas, desde las autoridades de salud pública y seguridad hasta las comunidades locales.
