Los defensores de la vida silvestre han logrado una victoria silenciosa en contra de la caza furtiva de elefantes: ninguno ha sido muerto en un año en una de las reservas naturales más grandes de África.
Para los expertos se trata de un logro extraordinario en una zona cuya extensión es más grande que Suiza. Previamente, miles de animales murieron cazados en años recientes.
El aparente giro en la reserva de Niassa, en una región remota en el norte de Mozambique, ocurre después de la introducción de una fuerza policial de intervención rápida y un patrullaje y respuesta aérea más asertivos, según la Wildlife Conservation Society (Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre, WCS por sus siglas en inglés), con sede en Nueva York, que dirige la reserva junto con el gobierno de Mozambique y varios socios más.