Córdoba.- Debido al tema de los últimos descarrilamientos ferroviarios EL BUEN TONO investigó cuáles son las zonas de alto riesgo para las familias que viven cerca de las vías del tren. Desde la calle 41 y avenida 11, una cuadra abajo del cruce de la Estación, hasta donde se cruza nuevamente la vía con la carretera que va hacia Amatlán para llegar a Pénjamo, hay más de 40 familias en riesgo debido a la falta de mantenimiento por parte de la empresa Ferrosur.
En un recorrido realizado a pie por personal de esta casa editorial, pudimos percatarnos de la falta de mantenimiento que le hace falta a las vías del tren en cuanto a los durmientes se refieren; pudimos encontrar durmientes partidos en más de tres partes, otros sin seguros para agarrar las vías y otros más cuarteados por la cantidad de toneladas que el ferrocarril transporta.
Todo este tramo de la vía representa un ‘foco rojo’ para los vecinos del lugar, ya que además de la falta de mantenimiento desde hace más de 6 meses, se trata de una curva constante que inicia a escasos 50 metros de donde se descarriló el tren la última vez, va aproximadamente de la altura de la colonia “La Sidra” hasta la colonia “Pénjamo”, dichas cuestiones geográficas en conjunto con la velocidad a la que viaja el tren representan una “bomba de tiempo” para más de 100 personas.
El señor Sergio “N”, quien nos acompañó en el recorrido, relató: “Va más de medio año que los trabajadores de Ferrosur no le dan mantenimiento a las vías; la última vez que vinieron solamente las rellenaron con grava, cuando pasa el tren se escucha cómo da unos jalones feos por los durmientes en mal estado. En la Administración de Portilla nos dijeron que nos iban a reubicar, pero sólo en eso quedó, en puras promesas”.
La mayoría de los vecinos cuentan con título de propiedad, que los acredita como dueños del lugar, todas las viviendas tienen servicios básicos, a excepción de dos casas que se ubican en donde se junta la vía que viene de Amatlán y la que viene de Buena Vista, y como todos los demás cordobeses, pagan cada año el impuesto del predial; en el caso del señor Sergio paga aproximadamente 300 pesos por año.
Siguiendo el recorrido hasta la altura del cruce del tren de la calle 9, en la colonia Esperanza, la cuenta llegó a setenta casas ubicadas a los costados de las vías que no cumplen con las medidas necesarias que indica la Ley. El señor Roberto “N” señaló que la necesidad es la que lo ha obligado a él y a su familia a vivir en esa zona, “el tren ya ni nos despierta en las mañanas, ya no lo sentimos, al principio mi hija se despertaba, pero eso fue cuando era una bebé, hoy al igual que los demás ya no nos despierta el ruido”.