AGENCIA
CDMX.- En 10 años, el número de hogares en el país en el que la mujer es el referente de la casa o jefa de familia se incrementó 65 por ciento (%).
Datos del Inegi señalan que en el Censo de Población y Vivienda 2010 había 6 millones 916 mil 206 viviendas con una mujer como persona de referencia, cifra que subió a 11 millones 474 mil 983 para el Censo 2020.
Lo anterior significa que esas familias cuentan con un sustento económico gracias al trabajo de una madre autónoma.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondiente al cuarto trimestre de 2022 indicó que en México hay 56 millones de mujeres de 12 años y más, de las cuales 37.5 millones (67%) son madres.
De este total, 47% están casadas, mientras que 20% se encuentra viviendo con su pareja en unión libre, 12% son viudas y 11% se identifica como madres solteras.
Entre éstas últimas, siete de cada 10 son económicamente activas y 97% tienen un empleo.
De acuerdo con la ENOE, 78% de las madres solteras trabaja de manera subordinada y remunerada, 18% se emplea por cuenta propia y 2% son empleadoras y otro 2% trabaja sin recibir algún pago por sus servicios.
Distribuyen sus ingresos de la siguiente forma: 39% se destina a la compra de alimentos, 17% a transporte, 12% a vivienda y 9% en sus gastos personales.
Más allá de que las mujeres tienen que hacerse cargo del hogar ante la ausencia del padre, los hijos resultan afectados debido a que no cuentan con una figura paterna que se involucre en su crianza y genere un lazo afectivo mutuo, les proyecte seguridad, enseñanzas e impulso para formar su personalidad y carácter, señala la asociación Voz Pro Salud Mental CDMX.
El especialista explicó que la figura paterna tiene un rol importante en la constitución de la personalidad de todos nosotros, no solamente por lo que significa la diversidad de las personas que integran las unidades familiares, es decir, hay una figura tanto materna como materna que está presente en la mayor parte de las familias.
Cuando hay ausencia del papá puede ser por varios motivos: un padre ausente por abandono, un padre ausente por conflicto parental, de estos divorcios destructivos, judicializados, o una ausencia por un crimen de desaparición u homicidio”, indicó.
Dependiendo de este factor, dijo, la ausencia paterna tendrá impactos emocionales en niños y niñas.
El rol de la madre es muy importante, pero es madre, no puede sustituir otro rol con una construcción histórica, cultural, como es el padre. Cada vez hay más hogares encabezados por jefatura femenina y los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a vivir en la diversidad familiar”, afirmó.
Pérez García señaló que hay un desafío por parte del Estado mexicano para ayudar a que esta diversidad de las uniones familiares pueda darse en un ámbito de salud mental positivo.
“Nuevamente las mujeres enfrentan una sobrecarga en términos de responsabilidades económicas, de estigma social y en los niños y niñas su derecho de vivir en familia queda fragilizado al no tener a todos los integrantes de la unidad familiar”, agregó.
